En la primavera de 1934, el joven Arnold Samuelson viajó a Florida para conocer a su ídolo, Ernest Hemingway, porque quería ser escritor y pedirle consejos al mejor que él conocía.
Arnold, el hijo de inmigrantes noruegos y agricultores de trigo, acababa de completar sus estudios de periodismo en la Universidad de Minnesota, pero se negó a pagar la tarifa de cinco dólares por su diploma convencido de que su educación estaría mejor complementada si fuera aprendiz de Hemingway, aunque fuera solo por un corto rato.
Al final, terminó quedándose con el escritor durante casi un año entero, un tiempo que lo convirtió en el único verdadero protegido del titán literario, y un trabajo que podría ser lo más parecido a un perfil psicológico del escritor.
Samuelson no tuvo un viaje tranquilo y fácil. Saltó de tren en tren hasta llegar a Key West, donde descubrió que los tiempos eran especialmente difíciles en esa región, ya que la mayoría de las fábricas habían cerrado y la pesca era mala.
Antes de llegar a la casa del residente más famoso de la ciudad, hizo parada en distintos muelles para dormir a la intemperie, ya fuera en el corral de toros de una cárcel o en el muelle de las tortugas usando su mochila como almohada, donde, para colmo, por supuesto, los mosquitos no lo dejaron en paz.
A pesar de todo esto, nada le quitó el empeño y la ilusión por conocer al que por el momento era su escritor predilecto, y después de su primera noche en un lugar infestado de mosquitos, dispuesto se presentó en la puerta del domicilio de Hemingway, quien salió y se paró directamente frente a Arnold esperando a que hablara mientras el visitante no recordaba ni una palabra del discurso que había preparado.
"¿Qué quieres?", le preguntó duramente Hemingway al joven periodista. Después de un momento incómodo, Samuelson explicó que se había abierto camino desde Minneapolis solo para verlo porque disfrutó su cuento One Trip Across en la revista Cosmopolitan. Hemingway se relajó, le dijo a Arnold que estaba ocupado pero lo citó al día siguiente a la una y media de la tarde.
Samuelson regresó a la casa y encontró a Hemingway sentado en su porche vestido con pantalones caqui y pantuflas tomando un vaso de whisky y leyendo un ejemplar del New York Times. Lo invitó a sentarse a lado de él y comenzó una plática que resulta en enseñanzas fascinantes para cualquier aspirante a escritor.
Samuelson mencionó sus intentos fallidos de escribir ficción y Ernest Hemingway ofreció algunos consejos. El estudiante grabó la charla y lo aterrizó en manuscrito que solo fue descubierto por su hija después de su muerte en 1981. Este finalmente se publicó como With Hemingway: A Year in Key West and Cuba.
A continuación colocamos algunas de las ideas más valiosas que uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX tuvo para un joven curioso:
- "Lo más importante que he aprendido sobre la escritura es que nunca debes de escribir demasiado a la vez... Nunca te exprimas. Deja un poco para el día siguiente. Lo principal es saber cuándo parar. Cuando todavía te va bien y llegas a un lugar interesante y sabes lo que va a pasar a continuación, es el momento de parar. Entonces déjalo en paz y no lo pienses; deja que tu subconsciente haga el trabajo. De esa manera, cuando termines, tus cosas estarán llenas de lugares interesantes y cuando escribas una novela nunca te atascarás y la harás interesante a medida de que avances".
- "Todos los días regresa al principio y reescribe todo, y cuando sea demasiado largo, lee al menos dos o tres capítulos antes de volver a escribir, y al menos una vez a la semana vuelve al principio. De esa manera lo haces de una sola pieza. Y cuando lo repases, corta todo lo que puedas. Lo principal es saber qué omitir. La forma de saber si va bien un texto es por lo que puedes tirar. Si puedes tirar cosas que resultan ser un punto de gran interés en la historia de otra persona, sabrás que lo estás haciendo bien".
- "No te desanimes porque hay mucho trabajo técnico para escribir. Lo hay y no puedes salir de ello. Reescribí mis trabajos muchas veces porque tienes que arreglarlo. El primer borrador de cualquier cosa es una mierda. Cuando comienzas a escribir por primera vez, obtienes todo el impulso y el lector no, pero después de que aprendes a trabajar, tu objetivo es transmitir todo al lector para que lo recuerde, no como una historia que había leído, sino como algo que le ha sucedido a él mismo. Esa es la verdadera prueba de la escritura. Cuando puedes hacer eso, el lector recibe la patada y tú no".
- "Trabaja duro porque cuanto mejor escribas, más difícil será ya que cada historia tendrá que ser mejor que la anterior. Es el trabajo más duro que existe. Me gusta hacerlo y puedo hacer muchas cosas mejor de lo que puedo escribir, pero cuando no escribo me siento como una basura porque tengo el talento y siento que lo estoy desperdiciando".
- Cuando Samuelson pregunta cómo puede saber uno si tiene algún talento, Hemingway respondió: "Nunca lo podrás saber. A veces puedes seguir escribiendo durante años antes de que se note. Si una persona lo tiene, saldrá en algún momento. Lo único que puedo aconsejarte es que sigas escribiendo, pero es un fastidio. La única razón por la que gano dinero escribiendo es porque soy una especie de pirata literario. De cada diez historias que escribo, solo una es buena y tiro las otras nueve".
- "Nunca compitas con escritores vivos porque no sabrás si son buenos o no. Compite con los muertos que sabes que son buenos".
- "Tienes el deber de leer todas las cosas buenas para saber lo que se ha hecho, porque si tienes una historia como la que ha escrito otra persona, la tuya no es buena a menos que puedas escribir mejor. En cualquier arte se te permite robar cualquier cosa si puedes mejorarla, pero la tendencia siempre debe ser hacia arriba y no hacia abajo".
- "Nunca imites a nadie. Todo estilo es la torpeza de un escritor al afirmar un hecho. Si tienes una forma propia, eres afortunado, pero si intentas escribir como cualquier otra persona, tendrás la torpeza del otro escritor además de la propia".
- "Recuerda: Cuando empiezas a escribir, todo el mundo te desea suerte, pero cuando te va bien, intentarán matarte. La única forma de mantenerse en la cima es escribiendo cosas buenas".
Los libros que te recomienda Ernest Hemingway
Como parte de las enseñanzas que el escritor le impartió al inquieto viajero que lo visitó, le dio una lista de libros que no debe perderse a lo largo de su vida.
Esta es la lista:
- The Blue Hotel de Stephen Crane
- The Open Boat por Stephen Crane
- Madame Bovary de Gustave Flaubert
- Dubliners por James Joyce
- The Red and the Black de Stendhal
- Of Human Bondage de Somerset Maugham
- Anna Karenina por Leo Tolstoy
- War and Peace por Leo Tolstoy
- Buddenbrooks por Thomas Mann
- Hail and Farewell de George Moore
- The Brothers Karamazov por Fyodor Dostoyevsky
- The Oxford Book de English Verse
- The Enormous Room por E.E. Cummings
- Wuthering Heights por Emily Bronte
- Far Away and Long Ago por W.H. Hudson
- The American por Henry James