Los lugares que inspiraron las obras de Vincent van Gogh

22 de Abril de 2019 a las 17:24 hrs.


Los lugares que inspiraron las obras de Vincent van Gogh


Van Gogh transitaba por una vida turbulenta e inquieta. Desde muy joven buscó inspiración artística y un entorno que calmara sus nervios. "Siempre me parece que soy un viajero que va a algún lugar y a un destino", escribió a su hermano, Theo, en agosto de 1888.

Vivió en más de 15 ciudades diferentes en toda Europa. Cada lugar influyó profundamente en la vida y obra del máximo exponente del post-impresionismo.

Viviendo con Vincent van Gogh: Los hogares y paisajes que dieron forma al artista es un libro del curador Martin Bailey. En este texto, Bailey recorre los lugares más emblemáticos que el artista recorrió en vida. Los cuales, le sirvieron de inspiración para plasmar en sus cuadros y hacer de estos, coloridos retratos.

Aquí te mostramos tres lugares que Van Gogh plasmó en sus lienzos y desarrolló sus pinturas únicas, febriles y fascinantes.

París, Francia

 

Dicen que París enamora, aunque para Van Gogh fue una ciudad llena de amor y peligrosas tentaciones. En la capital francesa, el holandés permaneció dos años. Residió entre febrero de 1886 y febrero de 1888.

Ahí, fue introducido al impresionismo por primera vez. Estudió con el famoso pintor Fernand Cormon, cuyos alumnos incluyeron Henri de Toulouse-Lautrec y Emile Bernard.

Sin embargo, la verdadera educación de Van Gogh llegó a través de los artistas con los que se codeaba. Toulouse-Lautrec y Bernard se convirtieron en sus amigos. Conoció a Paul Gauguin y por un tiempo, vivió en la calle donde residía Auguste Renoir

En este periodo, dos autorretratos vieron la luz. Autorretrato con sombrero de fieltro negro (1887), que consta de una paleta oscura y pincelada tradicional y apretada.

Por otra parte, con una técnica avanzada y mucho más pulida; Autorretrato con sombrero de fieltro gris (1887), lleno de movimientos pronunciados y colores con luces brillantes.

Arles, Francia

 

Si bien la ciudad de la luz había sido un escenario fructífero artísticamente para Van Gogh, también lo exponía a presiones y crisis de ansiedad. Además, el costo de la vida en París era tan elevado, que el postimpresionista se trasladó a Arles en febrero de 1888.

"Dejé París muy, muy molesto, bastante enfermo y casi alcohólico" escribió Van Gogh más tarde.

Arles era una ciudad pintoresca y colorida, rodeada por los fértiles olivares, huertos, viñedos y campos de trigo del campo provenzal. Además, hectáreas llenas de girasoles y una lugar cercano al mar.

Gracias a las abundantes y diversos estímulos pictóricos, Van Gogh realizó alrededor de 200 pinturas. Lienzos como Harvest en Provence, The Sower y The Red Vineyard dan muestra de ello.

Aquí viviría un total de 15 meses; en ese tiempo, la paleta de tonalidades del pintor incrementó y los colores vibrantes se hicieron aún más presentes en el arte de Van Gogh.

Saint-Paul-de-Mausole, Saint-Remy-de-Provence, Francia

 

Después de una serie de interrupciones mentales en Arles, Van Gogh se internó voluntariamente en el asilo Saint-Paul-de-Mausole.

"Uno escucha continuamente gritos y aullidos terribles como si fueran los animales en una colección de animales", escribió sobre el ambiente. Pero el paisaje circundante era increíblemente hermoso, y ofrecía tanto un respiro emocional como un forraje artístico.

La ventana de la habitación de Van Gogh enmarcaba una escena que pintaría casi 15 veces. Eran campos ondulados llenos de olivos y cipreses, bordeados por las montañas de Les Alpilles.

Aunque era un asilo, no se trataba de una cárcel, a Van Gogh se le permitía pasear por los campos circundantes y pueblos rurales. Probablemente fue una de esas ocasiones la que inspiró su pintura más famosa: La noche estrellada (1889).

La obra muestra un cielo oscuro y turbulento, interceptado por una luna luminosa y estrellas brillantes.

Como señala el autor Bailey, este cuadro refleja el estado mental turbulento y torturado de Van Gogh. A la vez, su fuerza y capacidad de recuperación.