Park Soo Keun era un artista que sentía gran empatía por el dolor de quienes perdieron a sus familias y hogares durante la guerra.
Nacido en 1914 el Yanggu, Corea del Sur, asistió a la escuela primaria pública de su localidad cuando era más joven, y luego se enseñó a pintar por sí mismo cuando era un adolescente.
Fuente: USC Pacific Asia Museum
Si bien muchos artistas modernos coreons estudiaron en Japón, donde estuvieron expuestos a pinturas occidentales, la Escuela Primaria Yanggu fue la única educación formal de Park, quien encontró su originalidad por su cuenta y su talento fue reconocido cuando su trabajo titulado Spring Is Gone fue seleccionado para una exhibición en la XI Feria de Arte de Joseon en 1932, la principal feria de arte de la época.
En 1939 recibió un premio en la misma feria de arte y cada año terminaba siendo seleccionado hasta 1944, cuando participó en la 2ª Exposición Nacional de Arte anual, donde ganó el primer lugar, lo que finalmente lo catapultó a ser pintor de tiempo completo.
Sin embargo, a pesar del exitoso camino que empezaba a cobrar su trabajo, en su país estalló la Guerra de Corea en 1950, que dividió a su país y lo obligó a vivir de primera mano el impacto que este tuvo en las familias que se enfrentaban a la separación de los suyos así como de sus hogares, un suceso que conmovió fuertemente el núcleo del artista.
A pesar de la dureza de los hechos, sus pinturas fueron en plena asecendencia gracias a sus tiernos trazos y colores sutiles que fueron dando a la nación un sentido de personalización y compasión ante el suceso que más ha conmovido al país en su historia.
Tanto fue el buen recibimiento de su trabajo que en 1959 recibió una recomendación de la Exposición Nacional de Arte y formó parte del comité de proyección a principios de la década de 1960, aunque tristemente, durante todo este tiempo, no pudo gozar del alcance económico de su arte debido a roboso o a la invasión del mercado negro, que con frecuencia lo estafaba o forzaba a cambiar su trabajo por muy poco.
En cuanto al método de su pintura, Park siempre usó un pincel y un cuchillo de pintar juntos; con un cuchillo, Park colocó capas de tonos blancos y marrón claro mezclados al óleo sobre el lienzo y lo dejó secar por un tiempo, un proceso que repitió varias veces, luego dibujó audazmente en el lienzo en negro con su pincel, lo que al final da el brillo a los cuadros que hoy cuelgan en museos de Japón, Estados Unidos, Alemania y Francia, entre otras sedes.
Sumergido en una vida solitaria que se desarrolló entre la pobreza, 1963, Park perdió la vista en uno de sus ojos debido a una catarata, por lo que sus pinturas fueron adquiriendo un entorno más gris. De esta manera, a pesar de estar disminuído, logró representar temas sencillos aunque extraordinariamente creativos.
En 1965 murió de cirrosis hepática a la edad de 52 años, aunque durante la década de 1980, fue galardonado póstumamente con el Eun-gwan (corona de plata) de la Orden del Mérito Cultural.