Con su tono brillante y entrega apasionada, no es de extrañar que el trompetista japonés Takuya Kuroda sea, a su corta edad, un veterano y pilar del escenario más competitivo del mundo para presentaciones en vivo, la ciudad de Nueva York.
Nacido el 21 de febrero de 1980, en Ashiya, Prefectura de Hyōgo, Japón, Takuya es un músico con visión de futuro inclinado a mezclar post-bop y soul-jazz aventurero, junto con otros fascinantes y populares géneros como el funk y el hip-hop.
Después de estudiar las bases de diversos instrumentos en el país que lo vio nacer, Kuroda se mudó a Boston para asistir al Berklee College of Music. Durante su tiempo ahí, se hizo amigo del próximo vocalista de jazz, José James, quien más tarde marcaría un gran apoyo en su triunfal carrera solista.
Tras graduarse, Kuroda comenzó a tomar todo tipo de trabajos para mantenerse. "Tomaba cualquier concierto", admite. Kuroda siguió el ejemplo de su hermano mayor, un trombonista, de dedicarse la escena musical local, tocando para grandes bandas, y así continuó su carrera por los siguientes años; trabajando únicamente para lograr ingresos.
Fue entonces que comenzó a brindar una perspectiva hip-hop a su campo de jazz, pero a pesar de todo el desprendimiento y la mezcla interesante que estaba logrando, la vida después de la escuela seguía siendo un desafío. "Realmente no tenía mi propio proyecto justo después de graduarme, así que solo estaba enfocado en cómo iba a lograr pagar el alquiler y las cosas básicas del mundo real que todos enfrentan después de graduarse".
Takuya repitió este ciclo hasta que la desgracia golpeó a su familia en 2009, cuando su abuelo falleció, marcando la primera pérdida real que tuvo, lo que le hizo darse cuenta de que lo limitada que es la vida, y de qué era lo que tenía que hacer.
Enfocado en esa brevedad y fragilidad de la que se compone vida, finalmente tomó la decisión de emplear sus esfuerzos y conocimientos en sus propios trabajos, estrenando el álbum Bitter & High, de 2010, el primer disco del trompetista como líder y productor, un buen comienzo que consiguió algo de atención en NPR, y que pudo haber sido un gran éxito popular, pero todavía enfrentaba el problema de tener que distribuir sus propias unidades.
Con todo lo que tenía que hacer Takuya para ver frutos económicos de su obra, Bitter & High no fue el único lanzamiento importante en el que trabajó durante 2010, ya que su viejo amigo José James lo invitaría en su segundo álbum, Blackmagic, y posteriormente en No Beginning No End, donde Takuya volvió a aportar, esta vez, en los arreglos de viento.
En 2011, Kuroda lanzó su álbum de producción independiente Edge con ayuda de su amigo James, lo que le abrió más el camino hacia la popularidad, y a un grato lugar en la exigente escena contemporánea de Nueva York, actuando con artistas como Akoya Afrobeat, Junior Mance, Greg Tardy, Andy Ezrin, Jiro Yoshida, la gran banda de Valery Ponomarev y otros.
La amistad de Kuroda con James, una asociación que continúa hasta hoy, demostraría ser un impacto positivo en el trompetista.
Desde entonces, han seguido otros cinco álbumes en solitario, así como temporadas con The Badder Band, organizada por el legendario DJ Premier y el conjunto con sede en Nueva York, Akoya Afrobeat.
Su último álbum, Fly Moon Die Soon, mantiene la devoción por el jazz y la trompeta que Kuroda ha manifestado a lo largo de su carrera, con algo de hip-hop, neo-soul y funk en buena medida. Sin embargo, el álbum es distinto del catálogo anterior de Kuroda en la forma en que fue concebido: en lugar de tocar con una banda en vivo, esta vez trabajó principalmente en un estudio casero.
"Me veo haciendo cosas más directas, pero será un proyecto diferente en el que solo será directo", comparte Kuroda con respecto a sus proyectos futuros. "Podría hacer un álbum con cuerdas o podría hacer algo más tradicional y directo".
Lo cierto es que, independientemente de lo que elija Kuroda hacer a continuación, él sabe que una cosa es segura: "Sé que siempre escribiré música que haga que la gente se sienta bien cuando la escuche".