Es el Día de la Madre. Compraste flores, una tarjeta e incluso una caja de chocolate. Probablemente también acabas de pagar consulta con tu terapeuta, pues hoy, más que nunca, la salud mental es crucial.
Justo ahí, en ese espacio seguro, te das cuenta que tu madre no era tan mala. Pero si quieres conocer madres que parecen haber salido de otro planeta, entonces echa un vistazo a estos cuatro libros que seleccionamos en los que resultan ser una verdadera pesadilla.
Margaret White en Carrie, de Stephen King
Margaret White es la madre de Carrie y la principal antagonista de la novela. Es una mujer severa, abusiva, y posiblemente padezca alguna condición psiquiátrica anómala. Es retratada en su juventud, además, como una chica ignorante, que nada sabía sobre sexo y, lo que es más extraño, nada sabía sobre su propio embarazo.
Se trata de una persona profundamente religiosa que cree que debería haber matado a su hija, a quien considera maldita, apenas nació, o, años después, cuando llovieron piedras de hielo sobre su casa. Se castiga a sí misma por no haberse atrevido a hacerlo.
Finalmente, Margaret decide llevar a cabo su misión divina una vez que Carrie menstrúa y despierta toda la fuerza de sus poderes, pero su hija se le adelanta y no lo permite.
Charlotte Haze en Lolita, de Vladimir Nabokov
Viuda y madre de una joven de doce años, Charlotte Haze es uno de los personajes creados por el escritor ruso Vladimir Nabokov para protagonizar su novela de 1955, Lolita.
Charlotte cría a su hija en solitario tras la muerte de su marido. Acuciada por las deudas decide alquilar una habitación en su casa a Humbert Humbert, un profesor inglés que ha viajado hasta América para dedicarse a la literatura.
Con el tiempo acaba por enamorarse de Humbert sin prestar atención a cómo se comporta con su hija. Deciden casarse y, mientras Lolita está en un campamento de verano, Charlotte acaba por descubrir el diario de Humbert en el que se muestra toda la lujuria que siente por la niña.
En un estado de rabia e impotencia, mientras piensa en abandonar a su nuevo marido y huir con su hija, cruza la calle sin mirar y es atropellada por un coche, muriendo casi al instante.
Mrs. Lisbon en The Virgin Suicides, de Jeffrey Eugenides
Las cinco hijas de Mrs. Lisbon viven bajo su control. Ella era una mujer que nunca les permite tener citas y que insistió en que usaran ropa holgada y ridícula.
Aunque su padre parecía comprensivo con su difícil situación, nunca se enfrentó a su esposa por sus hijas. Cuando una de ellas rompió el toque de queda, las chicas quedaron permanentemente castigadas. Las sacó de la escuela y las encerró en su propia casa.
Helen en Housekeeping, de Marilynne Robinson
Ruth y Lucille, criadas por una sucesión de parientes indiferentes, eran bastante pequeñas cuando su madre las dejó, con una caja de galletas, en el porche de Fingerbone.