Abdul Abdullah es un artista que reside actualmente en Sydney, y trabaja en pintura, fotografía, video, instalación y performance.
El "forastero entre extraños", como se describe a sí mismo, centra su práctica principalmente en la experiencia del "otro" en la sociedad. Los proyectos de Abdullah se han comprometido con diferentes grupos minoritarios marginados y está particularmente interesado en la experiencia de los jóvenes musulmanes en el contexto australiano multicultural contemporáneo, así como en conectarse con comunidades creativas en toda Asia Pacífico.
A través de estos procesos y exploraciones, Abdullah expone su perspectiva a un examen de los aspectos universales de la naturaleza humana.
Nacido en Perth en 1986, Abdullah puede hacer la rara afirmación de que uno de sus antepasados llegó al país hace 200 años, en el travieso barco Indefatigable.
En su estudio en St Leonards, Sydney, donde actualmente trabaja, el artista se ha volcado hacia murales y retratos que ha presentado en la Armory Art Fair de Nueva York.
Como artista, Abdul lleva el humor en la manga, pero también en la piel. Sus tatuajes son una extensión de su obra; por ejemplo, lleva un tatuaje de la Cruz del Sur que rodea una luna creciente y una estrella islámicas, y se lo hizo con el propósito de representar a "ellos y nosotros", que se liga con su autorretrato fotográfico que lo llevó a ganar el premio Blake de justicia humana en 2011.
En otra parte de su piel carga un fragmento de su obra de 2013, Autorretrato como ultranacionalista, donde viste una camiseta que dice: "Vete a la mierda, estamos llenos" y una bandera australiana. El mismo año, logró It Doesn't Matter How I Feel, en la que él que está pintado de negro excepto por sus manos, una de las cuales sostiene un pulgar hacia arriba y la otra extiende el dedo medio.
Abdullah dice que su trabajo ha tenido respuestas positivas de los veteranos y de los nativos, mientras él sigue estudiando cómo reflejar la yuxtaposición del exterior intimidante de los sujetos militares con emojis sonrientes.
Creo que a los veteranos se les trata mal cuando regresan a Australia, y en todo el mundo, en general. Existe una cultura de ignorar los problemas de salud mental al atender a hombres y mujeres, y también a la policía, a los trabajadores de ambulancias y a los bomberos. Eso vale la pena siempre tenerlo presente y hacerlo notar con el arte.
Un australiano de séptima generación, Abdul ha crecido y estudiado con la sensibilidad australiana de molestar implacablemente a la gente en su inconsciente, y es que, para el aún joven retratista, la pintura, como en esencia cualquier modelo del arte, no puede ni debe ser un lugar de confort, y es por eso que encuentra orgullo en el cuestionamiento que parecen definir a sus obras.
La serie Coming to terms de 2015, una de sus obras definitivas que lo colocó en el mapa internacional, es un grupo de retratos de boda inusuales tomados en Malasia, el país de nacimiento de su madre, e inspirados en una novela de 1806 de Charlotte Dacre, una autora inglesa de novelas góticas, que alude a la xenofobia histórica.
Abdullah se identifica como musulmán, y es por eso que, además, su trabajo a menudo utiliza su propio cuerpo y experiencia personal como material potente para explorar cómo se retrata a los musulmanes en la sociedad y la cultura australianas contemporáneas.
Con personajes que van desde pandilleros, nativos, novias y novios, conocidos y personalidades, entre tantos otros más, sus pinturas, fotografías y estudios típicos contrastan y hacen confrontar las emociones y los sentimientos mientras hacen alusión a tratos deshumanizantes asociadas con la criminalidad.
Aunque en un contexto político, las obras de Abdullah no intentan abordar detalles específicos del Islam ni comentar sobre individuos particulares que lo practican, sino que abordan los complejos sentimientos de desplazamiento y alienación asociados con las historias de diáspora y migración.
Si aún te quedaste con ganas de conocer más de este fascinante artista, puedes visitar su Ted Talk de 2015, donde dijo que esperaba que su trabajo "pudiera crear un entorno que fomente el pensamiento crítico".