Los nombres chinos pueden ser desconcertantes para aquellos que no están familiarizados con el lenguaje y la cultura china, pero cuando se trata de los pintores más reconocidos, el nombre Ren es uno que resalta rápidamente dado su gran número de portadores.
Este es el caso de Ren Bonian, Ren Xun y Ren Xiong, que nacieron en Zhejiang, y Ren Yu, el más joven de los cuatro, aunque el más capaz de crear su propio estilo distintivo de pintura.
Si hay algo que une a estos artistas, además del apellido y alguno que otro parentesco cercano, fue el hecho de que decidieron mudarse de sus pueblos rurales a escenarios más urbanos donde hallaron el camino de su arte.
Y es que, a finales del siglo XIX, China entró en un período de declive político y económico. Fue entonces que numerosos artistas se sintieron atraídos por la relativa seguridad de Shanghai, un puerto de tratados donde los estilos de pintura tradicional china fueron influenciados cada vez más por los nuevos medios importados.
Además, esta ciudad comenzaba a ofrecer otras disciplinas que complementaban el trabajo de pintura que se estaba logrando, ya que la fotografía, la litografía, los carteles en color y los periódicos de circulación masiva comenzaron a inundar la ciudad, abriendo camino a un conglomerado de artistas que gestaría la evolución artística del país.
Fue en este entorno cosmopolita donde nació un estilo de pintura distintivo que se desarrolló principalmente en la Escuela de Shanghai, donde los Cuatro Ren coincidieron para crear una nueva corriente que rechazaba las interpretaciones ortodoxas del estilo literario que había dominado la pintura local durante 300 años.
En aquellas aulas, los Cuatro Ren se dedicaron a pintar retratos, temas narrativos populares y coloridas composiciones de flores y pájaros a partir de imágenes y pinceladas altamente expresivas y dramáticamente cargadas.
Gracias a estos trabajos, a los alumnos de la escuela se les reconoció como los individualistas y excéntricos, lo que le valió una buena fama a los Ren, quienes pareciera que con su unión lograron cargar más y mejor el peso de la difusión de nuevos estilos y formas influenciadas por Occidente y otras tendencias como el fauvismo y el expresionismo.
De todos los alumnos, Ren Bonian, a lado de Xugu, Pu Hua y Wu Changshuo, fueron quienes se encargaron de expandir las enseñanzas de esta casa de arte que optaba por un grado aún mayor de exageración en las formas y una paleta más brillante, enfatizando el impacto visual sobre el simbolismo o el contenido narrativo.
Los trabajos de los Cuatro Ren sirven de espejo a una época y un lugar en donde lo viejo chocaba con lo nuevo, lo tradicional y lo moderno se enfrascaban en uno solo reflejando los cambios que notablemente afectaron la vida local.
Ante tantas letras que existen en los libros de historia y arte y pintura china, las imágenes de los Ren al final son lo que otorgan a este colectivo una imagen de lo que ubicamos como las viejas tradiciones del país.
Son, a su vez y bajo el poder que les ha dado su obra, los encargados visuales del cambio profundo de un país y de las dinastías que las rigieron por tantos años, y que a través de sus colores, encontró la forma de reinventarse, mostrarse y encantar al mundo dispuesto a conocerlo.