La vida de Lin Fengmian, nacido el 22 de noviembre de 1900, resulta tan fascinante y contrastante como la de sus pinturas que encuentran sus raíces en el tradicional expresionismo europeo.
Lin fue un pintor chino, actualmente considerado un pionero de la pintura china moderna por mezclar los estilos chino y occidental. También, fue uno de los primeros artistas chinos que estudiaron en Europa. Pero antes de cobrar su inmortalidad que lo distingue en su gremio, repasamos algunos aspectos de su vida que resultan vitales para descubrir la grandiosidad detrás de uno de los pinceles más populares que ha dado China.
Habiendo mostrado un talento prodigioso para el dibujo desde que era niño, ganó una beca patrocinada por el gobierno para estudiar en Francia en 1919, donde descubrió el posimpresionismo, el fauvismo y el primitivismo.
Al poco tiempo viajó a Berlín y fue radicalizado por los expresionistas alemanes Erich Heckel, Emil Nolde, quienes utilizaron su talento para criticar las fuerzas corruptoras de la República de Weimar, y Arthur Schopenhauer, quien concibió la noción de pesimismo filosófico.
Antes del aparición del comunismo en China, hubo un breve momento de frágil liberalismo durante las décadas de 1920 y 1930 que veían los comienzos de un arte moderno chino, y a la cabeza de estos ideales estaba el joven revolucionario Lin, que intentaba revitalizar lo que él veía como una cultura artística enferma instigando nuevas ideas europeas sobre la perspectiva, el gesto y el color.
Estos años marcados por dos tragedias: el secuestro de su mamá y la muerte de su esposa e hijo, le otorgaron una fuerte conciencia social que lo vieron unirse a un grupo universitario que promovió una ideología panasiática, exhortando a otros artistas chinos a mirar hacia afuera y adoptar prácticas innovadoras.
A su regreso a su país en 1926, Lin Fengmian comenzó a enseñar en la Academia de Arte de Beijing, donde intentó conciliar el arte tradicional chino y las prácticas artísticas en Europa, llevando a cabo pinturas como La dama sosteniendo un loto, que revelaron su interés por los retratos de Henri Matisse, el pintor francés conocido por su uso del color y por su empleo original y fluido del dibujo.
China en la década de 1920 era una nueva república que enfrentaba grandes desafíos económicos, políticos y sociales, y en 1928, en medio de esta transformación social, Lin continuó con la promoción de sus ideales, y estableció la Art Movement Society con los artistas Lin Wenzheng y Li Puyuan, un grupo fundado "sobre la base de la amistad absoluta y la unión del nuevo poder del mundo del arte".
Aquel movimiento publicó la revista de arte Apollo, en la que promocionaron sus pinturas y las de las vanguardias europeas, con lo que Li llamó la atención de las fuerzas conservadoras de su país pero también de la curiosidad y variedad europea, que conquistaba el mundo con sus colores inhundados de expresión personal y pensamiento rebelde por parte de sus vanguardistas creadores.
Un año después, en 1929, escribieron un manifiesto que defendía la acción colectiva y comparaba a los artistas con "agricultores que trabajan en el campo del espíritu para toda la humanidad". Las pinturas de Lin en este momento reflejaban un profundo interés por la naturaleza. Su considerada voz dentro del grupo lo volvieron director de la recién creada Academia Nacional de Arte en Hangzhou, introduciendo a Vincent Van Gogh y Paul Cézanne en su programa de estudios.
Tras unos años donde influenció a otros grandes maestros de la pintura moderna china como Wu Guanzhong y Zao Wou-Ki, estalló la segunda guerra chino-japonesa en 1937, y dado su liderazgo entre sus contemporáneos, los soldados saquearon su estudio, atacando la gran mayoría de sus obras que se fueron perdiendo en el tiempo.
Fue perseguido, encarcelado y torturado mientras sobre su casa se colocó una pancarta que decía: "Abajo los eruditos-tiranos reaccionarios burgueses".
En estos tiempos complicados, donde fue encarcelado por cuatro años y medio, su fascinación por la ópera y el estudio de Schopenhauer, que fue uno de los primeros pensadores europeos en reconocer ciertas similitudes en la filosofía occidental y oriental, sugiriendo que la contemplación estética podría ser un escape del sufrimiento humano, resonaron profundamente en Lin, quien quería más que nada sobrevivir a ello para regresar a pintar.
Cuando salió cumplió su propósito de seguir pintando, y aunque fue difícil retomar galerías o muestras dada la dificultad de encontrar sus trabajos perdidos gracias al saqueo del ejército, Lin Fengmian encontró nuevamente el éxito y la aceptación del público, esta vez, no solo de China y Europa, sino de nuevas audiencias en América y África, quienes también se fascinaron por las combinaciones tradicionales, fauvistas y expresionistas del pintor rebelde.
En 1977 fue autorizado a salir de China, supuestamente para reunirse en Brasil con parte de su familia, aunque su destino fue Hong Kong, donde se encontró con el final de su vida, el 12 agosto 1991.
Cormorants, 1960s. Fuente: Christie’s Hong Kong.