Con la fusión de su técnica de tinta china con los métodos occidentales, en especial en sus óleos en blanco y negro, Wu Guanzhong se ha establecido como un gran defensor y precursor de la síntesis del arte chino y el modernismo occidental, lo que le aseguró un lugar prominente entre los pintores de su generación.
Wu nació en 1919 y fue originario de Yixing, provincia de Jiangsu, al este de China. Sus primeros años de estudio los llevó a cabo en una escuela técnica en la provincia vecina de Zhejiang y luego ingresó en la Academia Nacional de Artes de Hangzhou.
Para 1947, cinco años después de graduarse, Wu viajó a Francia para estudiar pintura occidental y técnicas de artistas como Jean-Édouard Vuillard, Paul Cezanne, Vincent Van Gogh, Pablo Picasso y André Derain, entre otros. Regresó a su país en 1950, después de la fundación de la República Popular China, para establecerse como uno de los pintores más trascendentes de su época.
Fue maestro en la Academia Central de Bellas Artes de China y en la Universidad de Tsinghua, donde enseñó a sus estudiantes varios aspectos del arte occidental, especialmente que era una expresión individual y que las pinturas deberían incorporar y basarse en la vida cotidiana.
Wu integró la tinta china y el lavado con métodos de pintura occidentales. Ahora es ampliamente reconocido en casa y en el extranjero como el padre de la pintura china moderna, detalles que les abrió la perspectiva a sus varios estudiantes, pero le ganó rivalidad con el Partido Comunista dadas sus teorías, estilo, y principalmente su unión con la cultura de Occidente.
Sus pinturas de figuras que dieron paso a paisajes fueron consideradas como burguesas por la ideología predominante de tendencia socialista en ese momento y luego durante la Revolución Cultural de 1966 y el movimiento de terror y violencia lanzado por Mao para refrescar el espíritu revolucionario y purgar a sus rivales políticos, incluídos el arte y la relación con impresionismo europeo de principios del siglo XX.
Wu fue desterrado a una provincia remota para que fuera reeducado mediante trabajos forzados. A pesar de sus duras condiciones de vida, el artista continuó pintando hasta 1973, cuando a él y su esposa se les permitió regresar a Beijing.
Un año después, comenzó a pintar con tinta, así como con óleo, involucrándose cada vez más en la teoría del arte. A la edad de 59 años celebró su primera exposición individual, donde varios de sus cuadros más conocidos como El pueblo de Lu Xun, El paisaje y Las Tres Gargantas, adquirieron notoriedad internacional y demanda en el mercado, lo que ha prevalecido hasta el día de hoy.
Los aspectos taoístas, la filosofía y las metáforas chinas atraviesan las obras de Wu Guanzhong, pero no son demasiado simbólicas o minimalistas, porque gusta que el espectador pueda apreciar las pinturas por lo que son.
Las ventas en subastas públicas de sus obras alcanzaron los $31.7 millones de dólares estadounidenses cuando vivía, según un informe compilado por Hurun Report en asociación con el Museo de Arte de Shanghai.
Horas antes de fallecer el 25 de junio de 2010 en Pekín, sus hijos explicaron que el último deseo de su padre fue permitir a más gente disfrutar de su obra, así que insistió en donar sus mejores trabajos a museos públicos en lugar de venderlos.