Wolfgang Beltracchi es un artista y falsificador de arte alemán, y sin duda, uno de los pintores más excepcionalmente hábiles del mundo, una personalidad más grande que la vida, que fue el responsable del escándalo de falsificación de arte más grande de la era de posguerra.
La línea entre el genio y el loco es delgada. Algunas mentes maestras creativas han seguido la línea en su viaje, mientras que otras se han caído por el precipicio, y es difícil decir dónde se encuentra Wolfgang a lo largo de este espectro imaginario.
Es irrefutable que el hombre sabe pintar con maestría, pero en el fondo de sus cuadros están los nombres de los artistas que ha imitado —Max Ernst, Pablo Picasso, Paul Gauguin—, más no el suyo.
Lo cierto es que ha ganado millones de euros vendiendo falsificaciones. ¿Está el artista manipulando el mercado del arte demostrando su fragilidad, absurdo y subjetividad hinchada? ¿Fue todo esto un ingenioso experimento social? Quizá es un misterio que no alcanzaremos a resolver.
El arte de Wolfgang Beltracchi. Fuente: Twitter
Wolfgang Beltracchi, cuyo nombre de nacimiento es Wolfgang Fischer, no siempre fue un hombre de pelo largo que parecía que andaba dando vueltas en Woodstock. Wolfgang nació en 1951 en Höxter, Alemania, y la pintura fue parte de su ecosistema inicial; su padre era muralista y restaurador de arte. De joven, Wolfgang fue a la escuela de arte en Aquisgrán para perseguir esta pasión de toda la vida.
Beltracchi, contrario a sus contemporáneos, hizo las cosas un poco diferentes. En lugar de falsificar de plano obras que ya existían, creó nuevas piezas inspiradas en grandes pintores.
En cuanto a su proceso, Beltracchi imaginó lo que estos artistas habrían pintado y vendió estos 'homenajes' como obras perdidas o no descubiertas. Tal vez pensó que estaba canalizando las delineaciones de estas leyendas, o tal vez solo quería obtener ganancias. Esta última consideración se convirtió en su realidad, y así, el mundo se comió su trabajo.
Beltracchi ganó millones trabajando con su esposa Helene al vender obras de arte "fuera de lugar". En una entrevista, reveló lo emocionado que se sentiría al ver una de sus pinturas en el MoMA. Engañando incluso a los expertos, Beltracchi se ganó la vida cómodamente con sus artimañas astutas durante casi 40 años, exhibiendo su trabajo en museos famosos y en exhibiciones infames.
A lo largo de las décadas de 1970 y 1980, el artista vivió un estilo de vida bohemio nómada lleno de drogas en ciudades de toda Europa. Durante ese periodo comenzó a pintar obras de modernistas franceses y luego de expresionistas alemanes.
Fue particularmente hábil en la pintura de obras como las de los expresionistas alemanes menos conocidos Molzahn y Campendonk. Sus pinturas de Campendonk fueron ejecutadas con tanta destreza que logró engañar al principal estudioso del artista. De esa manera, continuó pintando, pero también colocando su arte falsificado entre los expertos del arte.
A mediados de la década de 1980, Beltracchi contrató a un socio comercial, Otto Schulte-Kellinghaus, quien luego también sería responsable de desempeñar un papel en su esquema criminal, y de ahí, su modus operandi partió hacia nuevos lares.
Beltracchi (entonces todavía Fischer) conoció a Helene Beltracchi en 1992. Al año siguiente se casaron y él tomó su nombre, desde entonces, se convirtieron en cómplices. Alrededor de 1995, los Beltracchi inventaron una historia sobre una herencia reciente de una colección de arte anterior a la Segunda Guerra Mundial que cuenta la historia del abuelo de Helene, Werner Jägers, que había vivido en Alemania.
Desde entonces, los Beltracchi operaron juntos hasta que Wolfgang fue capturado en 2010 y condenado en 2011, aunque solo cumplió la mitad de su sentencia de seis años antes de salir de prisión.
Regresó a casa, y volteó a sus habilidades naturales para mantenerse vigente en el gremio con notable éxito dado sus habilidades naturales. Ahora, Wolfgang ha optado por la creación de su propia colección de arte NFT.
Oportunamente, el artista, famoso por su extraña habilidad para imitar el trabajo de otros, está haciendo 4 mil 608 versiones de Salvator Mundi de Leonardo da Vinci, en una variedad de estilos artísticos diferentes.
La serie, titulada “Los Grandes”, comienza con el Alto Renacimiento, con la obra de Da Vinci, para pasar a Vincent van Gogh y el Postimpresionismo, Salvator Dalí y el Surrealismo; Pablo Picasso y el cubismo; Roy Lichtenstein y el arte pop; y Andy Warhol y “Factory Art”.
Beltracchi se sintió atraído por el mercado de NFT porque "ofrece a los artistas una plataforma para promocionarse de forma independiente y los hace independientes de los mecanismos tradicionales del mercado del arte", dijo al sitio de criptonoticias The Block.