Jean-Michel Basquiat nacido en Brooklyn, Nueva York, el 22 de diciembre de 1960, no solo fue un pintor rebelde que sacudió la escena artística de 1980, fue también uno de los amigos más íntimos de Andy Warhol, el personaje quizá más relevante del gremio de arte de aquel entonces.
De padre haitiano-estadounidense y madre puertorriqueña, Basquiat fue un autodidacta que comenzó a dibujar a una edad temprana en las hojas de papel que su padre, un contador, traía a casa de la oficina.
A medida que profundizaba en su lado creativo, su madre lo alentó encarecidamente a perseguir sus talentos, y decidió empezó a pintar sobre la herencia cultural diversa que tanto lo definía, llevando su talento a las ríspidas calles de su barrio.
Antes de que Basquiat se convirtiera en un nombre en el mundo del arte, abandonó la escuela a los 17 años y comenzó marcando la palabra SAMO en las calles y los edficios a lado de su amigo artista, Al Diaz.
Esto, aunque controversial y provocativo para las autoridades, le consiguió la atención de varios personajes de renombre, incluyendo a Andy, quien de acuerdo a sus historiadores, recuerda haber visto a un joven Basquiat como "el niño que usaba el nombre de SAMO en la acera en Greenwich Village (...) también pintaba camisetas y yo le daba $10 cada que pasaba."
Warhol y Basquiat. Fuente: Vogue.
Sin embargo, no fue hasta que el colega de Andy, el marchante de arte Bruno Bischofberger, bajo la recomendación de Keith Haring, descubrió la pintura de Basquiat en una de sus vueltas por Greenwich Village, ahí, la carrera de Jean-Michel tiene un antes y un después.
Bischofberger y Haring finalmente presentaron a Andy y Jean-Michel en 1982, marcando el momento donde Basquiat impresionó definitivamente a su ídolo, quien a su vez ya había sido encantado por las visiones del aprendiz, por lo que se dio una experiencia surrealista entre ambos artistas y los presentes en el salón; ambos parecían haber vivido enamorados en secreto del otro.
A partir de entonces, el nombre de Jean-Michel aparece muchas veces a lo largo del trabajo de Andy, revelando fotografías, actividades, exposiciones y pensamientos que tuvieron juntos, enseñando una especie de novela gráfica que cuenta la historia ultra personal de amor y honestidad que no se ve en el lenguaje visual de las actuales redes sociales.
A medida que la amistad entre los dos artistas se desarrolló, tanto social como creativamente, la pareja comenzó a crear un trabajo colaborativo, particularmente a partir de 1984.
En esa época, Jean-Michel Basquiat y Andy Warhol compartieron intereses y círculos sociales. Se inspiraron el uno en el otro. Andy hizo retratos de Jean-Michel, y Jean-Michel de Andy.
Basquiat, Dos Cabezas, 1982. Fuente: The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts | Vanity Fair
Durante un año hicieron pinturas colaborativas, y rápidamente estuvieron envueltos en una relación intensa que se desenvolvía por la escena artística del centro de la ciudad de Nueva York, con todo el drama que eso implica, dando paseos por exposiciones y cátedras en galerías hasta creaciones artísticas en conjunto en la famosa fábrica de Warhol y sus amigos.
Los críticos a menudo pensaban que Basquiat se estaba aferrando a la fama establecida de Warhol y otros afirmaban que Warhol estaba usando a Basquiat para mantenerse relevante gracias a la popularidad del joven artista.
En última instancia lograron un choque ideal de sus talentos para impulsar un nuevo sentimiento en la escena artística de la zona, pero ante todos, sus trabajos colaborativos fusionaron sus dos estilos: la reconocible técnica del arte pop de Warhol y el enfoque crudo e impredecible de Basquiat.
Al final y ante el espectador, las varias de sus obras juntos son una especie de declaración lúdica contra la opresión ideológica en el mundo del arte.
Sin embargo, a pesar de sus colaboraciones y el encanto que se notaba entre los dos, existían en diferentes mundos del arte: Warhol ya era un artista establecido y respetado, mientras que Basquiat solo estaba emergiendo como un nombre en las principales instituciones de arte de Nueva York.
Tras un año de gran producción y compañía entre ambos, específicamente en 1985, la relación tuvo un punto de no reconciliación por la poligamia y las disputas tras exposición conjunta Paintings, mostrada en la Tony Shafrazi Gallery, que fue destrozada por los críticos y por los medios de comunicación, lo que hizo que Basquiat sintiera que su trabajo no era tan apreciado como pensaba que debía serlo.
Esta exhibición fallida hizo que los dos artistas apenas hablaran después, afectando los últimos años de su relación. Pero a pesar de esto, no se puede descartar el hecho de que Warhol y Basquiat siguieron siendo amigos genuinos desde su encuentro.
La inesperada muerte de Warhol el 22 de febrero de 1987 después de una cirugía de vesícula biliar afectó severamente a Basquiat, quien luchó seriamente por mantenerse al día con su estilo de vida artístico, volviendo a su comportamiento destructivo y respaldando su adicción a la heroína para mantenerse ocupado.
Aproximadamente un año y medio después, Basquiat también murió de una sobredosis, marcando un trágico final a una relación con tantas capas que es imposible revelarla toda de un solo golpe.
Al final, la relación entre ambos fue una de amor y apoyo, independiente de su posición como artistas cuando se dio y la diferencia de edad de 30 años entre ambos.
Cruzó la línea entre amigos y se estableció como una conexión de amor y apoyo casi como de padre e hijo, definiendo una de las relaciones más fascinantes que el arte y el mundo jamás hayan visto.