Toda la vida de Vilho Lampi fue un acto de equilibrio entre su vocación como artista y sus deberes en la granja familiar, entre su talento y un desequilibrio emocional que le terminó quitando la vida en plena juventud.
Nació en Oulu el 19 de julio de 1898, Oulu, Finlandia, pero vivió en Liminka la mayor parte de su vida.
Estudió en la Academia Finlandesa de Bellas Artes de 1921 a 1925, y después de terminar sus estudios, regresó a Liminka, donde vivió y pintó sus obras más famosas.
Por lo general, solo tenía tiempo para pintar por la noche, pero fue prolífico y muy activo, por lo que pudo producir una gran cantidad de obras.
En la tierra donde se instaló encontró inspiración, por lo que tomó sus temas de la propia Liminka, y produjo autorretratos, retratos de familiares y vecinos, vistas desde granjas, y paisajes de las llanuras.
Vilho, con su imponente visión, pintó temas folclóricos ostrobothnianos tanto en la década de 1920 como en la de 1930.
Después de un breve viaje a París en 1931, la importancia de los paisajes de Liminka en la producción de Lampi aumentó considerablemente.
Así, arrancando su carrera, realizó retratos expresionistas-realistas y pinturas de escenas de trabajo realizadas en el espíritu del Novembergruppe, una asociación de arquitectos y de artistas fundada en Berlín en 1918 activa en Alemania de 1918 a 1933. También hay algunos experimentos con la expresión abstracta entre estas obras.
Junto con algunos motivos heroicos, la producción de Lampi se complementó con pinturas a gran escala y amplias del campo y de la vida cotidiana.
Sus composiciones se condensaron en torno a una o varias personas, y en muchos casos, se utilizó a sí mismo como modelo, como en el caso de su “Autorretrato” de 1934.
Bajo ese ideal, realizó autorretratos a lo largo de su producción. La mayoría de ellas las pintó al óleo, pero también hay acuarelas y pocos dibujos a lápiz entre sus autorretratos.
Los autorretratos de Lampi no solo son más difíciles de reconocer, sino que también incluyen estudios representativos, cuyo objetivo es expresar la identidad, la situación de la vida y las emociones del artista.
Hecho un intérprete del paisaje y del medio ambiente del norte de Ostrobotnia, comenzó a adquirir fama local y global con sus bruscas pinceladas que daban vida a los numerosos puentes, carreteras, casas, edificios y patios.
Además de su entorno, Vilho también se interesó por las condiciones sociales de su tiempo, aunque en su mayoría pintó personas, paisajes ostrobothnianos y paisajes urbanos parisinos por separado. Además de registrar las formas de vida de las personas, Lampi representó artículos, herramientas, diferentes tipos de edificios y patios tradicionales de Ostrobothnian. La granja natal del artista, Matinlauri, y sus alrededores, le ofrecían innumerables temas cotidianos, y por ello nunca salió de esa rama de la pintura.
Vilho solo tuvo una exposición individual en su vida, en Oulu en 1931, pero su trabajo a menudo se incluía en las exposiciones anuales de Helsinki de la Asociación de Artistas de Finlandia. Las obras de Lampi fueron elogiadas, pero su producción no se exhibió en gran medida hasta sus exposiciones conmemorativas en la década de 1950 en Oulu y Helsinki.
Aquella exposición presentó las obras clave de Lampi de las décadas de 1920 y 1930, no obstante, su labor se vio interrumpida cuando el artista se suicidó el 17 de marzo de 1936 al saltar de un puente a Oulujoki mientras visitaba Oulu, lo que reflejó su tormento y desequilibrio emocional que a la postre le causaron muchos inconvenientes, aunque nunca de conocimiento general.
Al final de todo, Vilho Lampi es recordado como un artista material y espiritual, capaz de amar su entorno y entenderlo al grado de poder plasmarlo aún con más belleza de lo que ya dispone.
Y aunque su carrera artística abarcó solo 15 años, experimentó con varios estilos visuales que van desde el expresionismo tosco hasta la Nueva Objetividad y el delicado puntillismo de sus últimos años.