Los dibujos de Jennifer Keeler-Milne son sofisticados y cuidadosamente observados. Sus nubes y sus hojas tienen sustancia y presencia, o gran ligereza y transparencia que sugieren cambios en las condiciones climáticas, el espacio y la atmósfera.
Nacida en Melbourne, Keeler-Milne es una artista cuyo trabajo ha consistido en meticulosos dibujos al carboncillo de erizos de mar, plantas del desierto y plumas; es decír, está claro que Keeler-Milne se siente atraída por las formas texturalmente inusuales de la naturaleza, y con ellas crea su arte.
Vive y trabaja en Sídney como artista en activo y tiene un diploma de posgrado en bellas artes del Victorian College of the Arts, además es maestría en administración de arte y consejera de museo en la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur, la Universidad de Sídney, y la Escuela Nacional de Arte.
Por si pareciera poco, Jennifer también dirige su propia escuela de dibujo, Dare to Draw, enseñando los principios y técnicas del dibujo. Es decir, estamos hablando de un estandarte del arte en la escena artística de Oceanía.
Keeler-Milne comenzó desde joven a pintar representaciones de la primavera.
Más tarde, cuando vio la sinergia que tenía el combinar elementos externos a su obra, empezó a completar sus lienzos con una pequeña colección de obras de carboncillo que representaban los capullos rosados borrosos de callistemon, y faldas extendidas con flores de corymbia sobre fondos negros.
Otras pinturas fueron mostrando ramitas de helecho, o un follaje verde que contrasta con el marrón oxidado de las hojas.
Brillantes penachos de flores de zarzo comenzaron a dominar sus lienzos con variados tonos de amarillo brillante.
Así, el arte de Keeler-Milne empezó a adquirir su propio encanto, lo que la llevó a una popularidad global.
Sus pinturas otoñales y estacionales son a la vez delicadas y emotivas.
Durante más de una década, mi tema principal ha sido la naturaleza, con una preocupación subyacente por reflejar su belleza y misterio de una manera evocadora y atmosférica. Durante el otoño de 2020, en medio de la pandemia, cuando estábamos confinados en nuestro vecindario inmediato, la vida se ralentizó. Y en medio de tanto caos, las hojas y todos los pequeños fragmentos tenían fascinación y belleza con su variedad de colores, formas, texturas y patrones. Cada uno bastante diferente. A veces, pensé que sus formas se hacían eco de nuestras experiencias, ya que también estábamos superando una etapa difícil. Esto se convirtió en mi tema cuando volví a pintar al óleo, utilizando una rica paleta otoñal.
Desde mediados de la década de 1990, Jennifer ha tenido varias exposiciones individuales en Sídney, así como exposiciones colectivas en Hong Kong y París, donde completó una residencia en la Cite Internationale des Arts.
A su vez, Jennifer fue finalista varias veces en el Premio Dobell de Dibujo, así como en el Premio de Dibujo Kedumba, el Premio de Arte de la Península Fleurieu, el Premio de Dibujo Adelaide Perry, y también recibió el Premio de la Familia Fred Williams.
Ha expuesto en muchas instituciones públicas y regionales, incluida la Galería de Arte de NSW (Sydney), la Galería Regional Hazelhurst (NSW), el Museo de Botánica Económica (Adelaida), la Galería Regional The Glasshouse (Port Macquarie), la Galería Regional Grafton (NSW) , Orange Regional Art Gallery (NSW), así como en colecciones privadas en Londres, Nueva York, Boston, Miami, San Francisco, París, Hong Kong, Sydney y Melbourne. .
Mirando hacia atrás, recordando todo lo que ha llevado a cabo, reconoce que su arte ha sido un intento de representar el círculo de la vida.
Para Jennifer, a medida que cada vena de una hoja lucha por sobrevivir, como todos nosotros en medio del COVID; eventualmente se llegan a romper, pero proporcionando el abono que permite un nuevo crecimiento.