Alexis Rockman es un artista estadounidense que destaca por sus pinturas monumentales y futuristas sobre el desastre natural en nuestro planeta.
El bioarte es la convergencia de biología, tecnología, ciencia y arte. Las obras bioartísticas pretenden hacer un llamado de atención de cómo estamos viviendo la vida, en dónde la estamos viviendo (el planeta) y cómo sería la vida de seguir la misma dinámica como en los últimos tiempos.
El bioarte utiliza ADN, sangre, lágrimas, insectos, plantas, flores, bacterias, hongos y piel, entre otros microorganismos para crear obras nuevas y vivas. Los artistas de esta corriente del arte contemporáneo deben trabajar de cerca con científicos para saber su lenguaje y códigos.
Entre los autores del también llamado arte transgénico están Eduardo Kac Joaquín Fargas, Gilberto Esparza, Amy Karle, Marta de Menezes, Stelarc, Orlan, Laura Splan, Anna Dimitriu, Micha Cárdenas, entre otros.
Alexis Rockman nació en Nueva York, Estados Unidos, en 1962. Para lograr sus pinturas apocalípticas, el autor trabajo de manera conjunta con peleontólogos y genetistas.
Los trabajos de este peculiar artista se basan en el cambio climático, en la producción de animales transgénicos, en el desastre ambiental y en la falta agua no potable para todos.
¿Por qué hacer pintura a gran escala? Rockman quiere que el espectador sea más observador y encuentre detalles en sus obras, en la expresión de los personajes, en la basura que está esparcida, en el aspecto de los animales, en el color del agua que dejó de ser clara hace mucho tiempo.
En Destino Manifiesto (Manifest Destiny), Rockman muestra a la ciudad de Nueva York sin habitantes, sumergida bajo las aguas, con restos de basura flotando por doquier, con animales mutantes que ya no son como los conoció la especie humana.
En La Granja (The farm), Rockman recrea un campo del futuro donde se crían animales para consumo humano pero ya modificados genéticamente. Vemos a un cerdo provisto de órganos humanos, a una gallina con varias “alitas”, a una “vaca cuadrada”, tal vez en alusión a que su leche y su carne se vende en contenedores o paquetes cuadrados, y hasta a una rata con una oreja humana, como la creada por Diemut Strebe.
En 2012, el artista futurista trabajó con el cineasta Ang Lee, quien le pidió imágenes para la película Life of Pi (La vida de Pi).
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