Fang Zhaolin, quien nació en Wuxi en 1914 en medio de la turbulencia que siguió al colapso de la China imperial, creció para forjar la conexión de la pintura de su país.
Su padre, un destacado industrial, fue asesinado cuando ella solo tenía 11 años, y su madre tuvo que abogar sola por la educación de sus hijas, un punto de vista que no prevalecía en ese momento.
Su madre, habiendo notado las notables habilidades de Fang, la inscribió en clases particulares a las que asistía junto a varias otras niñas, aunque también estudiaba pintura a escondidas con varios maestros ya que no estaba permitido dicha decisión en su localidad, incluido Qian Songyan, quien le inculcó las formas de la pintura tradicional, una perfeccionada por los maestros anteriormente mencionados en esta serie.
En 1937, Fang Zhaolin partió de casa para inscribirse en una universidad en Manchester, Reino Unido, donde conoció a su esposo y vivió el estallido de la guerra en 1939.
Dados los estragos bélicos, la pintora que apenas comenzaba a realizar sus primera obras, tuvo que pausar su aprendizaje y práctica para vivir la próxima década como refugiada de la guerra chino-japonesa y luego de la guerra civil.
No fue hasta el final de la Segunda Guerra Mundial que pudo establecerse en Hong Kong con sus ocho hijos, aunque lamentablemente falleció su esposo al poco tiempo de su llegada.
Fang tuvo entonces que hacerse cargo del negocio de su esposo y reanudar sus estudios de pintura con extraordinaria perseverancia, ya que prometió no frenar su producción artística a pesar de los múltiples obstáculos y pendientes.
Entre sus labores de madre, increíblemente encontró tiempo de estudiar y perfeccionar su técnica con el maestro de la escuela Lingnan, Zhao Shao'ang, y años más tarde con uno de los artistas chinos más famosos, Zhang Daqian.
A sus 40 años, con algunas obras ya vendidas y tenaz como empresaria del negocio que heredó de su esposo, completó su formación universitaria en Hong Kong y luego en Oxford, lo que la llevó durante la década de 1950 hasta la de 1970 a viajar por Europa y América en compañia de sus hijos, donde conoció las tendencias de la pintura occidental moderna.
Fue con este viaje que, Fang Zhaolin, de una personalidad fuerte e intelectualmente libre, empezó a crear pinturas con un estilo tradicional chino fuertemente arraigado integradas con elementos visuales y técnicas artísticas del modernismo occidental que practicaban Jackson Pollock, Franz Kline y el pintor ruso Vasili Kandinski.
Persiguiendo la búsqueda de un lenguaje artístico enraizado en la tradición china, pero que al mismo tiempo tuviera elementos del arte modernista occidental, las pinceladas libres, incisivas y poéticas de Fang la convirtieron en una de las figuras destacadas de la pintura china del siglo XX, creando una transposición y fusión de la pintura, un logro atribuído también, por ejemplo, a Pablo Picasso.
Su principal innovación también radica en la capacidad de crear un ritmo musical entre tintas claras y gruesas, además de su extraordinaria y muy personal capacidad de integrar la caligrafía tradicional china en la pintura.
De esta manera, Fang Zhaolin, que llevó una vida extraordinaria como artista independiente, hizo más de lo que creyó para inspirar y poner la mesa para los pintores chinos contemporáneos, que a pesar de las dificultades que tuvieron que enfrentar, tuvieron las enseñazas de sus maestros, como Fang, para encontrar ejemplo de lo que es posible con determinación y firmeza.
La artista conocida como el puente generacional de la pintura en China falleció en Hong Kong el 20 de febrero de 2006 a sus 92 años.