Wang Meng fue un pintor chino nacido en 1308, que junto a Huang Gongwang, Wu Zhen y Ni Zan, formó parte de los cuatro grandes maestros de la dinastía Yuan tardía, es decir, a mediados del siglo XIV, en términos europeos.
Desde muy pequeño, consciente de su capacidad frente a un lienzo, se dedicó a trabajar y experimentar con la pintura, una situación que lo llevó a ser alumno de prodigiosos maestros, quienes, a pesar de su juventud, decidieron hacerlo parte de este grupo que se había negado a servir a los gobernantes mongoles de su país, lo que le dió a su arte un impulso aún mayor en China.
Contrario a otros pintores de la época, Wang Meng y sus compañeros trabajaron principalmente en papel en lugar de seda, una indicación de la importancia que le daban al toque caligráfico del pincel sobre papel, dedicándose exclusivamente a pintar paisajes, ya que creían que era la clave visible de la realidad invisible.
En contraste con el estilo relativamente sobrio de sus compatriotas, las pinceladas viscosas de Wang se apilaban una sobre otra para producir masas de textura combinadas en patrones densos e intrincados, juntándose además con protestas sutiles y declaraciones políticas, visibles para otras personas de ideas afines, pero ocultas al gobierno opresor.
Puso su educación fuertemente influenciada por la caligrafía en práctica con la representación de paisajes bellamente dramáticos que encarnan dignamente la poesía visual que a menudo es asociada con la pintura y tinta china.
A pesar de la gran petición que recibían de enseñar más trabajo, Wang y sus compañeros pintores se negaron a participar en las eventos sociales amplios o con fines gubernamentales de la época, en parte como protesta por un gobierno dirigido por conquistadores mongoles, cuestión que al final hizo que el arte de Wang Meng se fuera perdiendo en el tiempo.
No obstante, a pesar de la dificultad de hallarlas, que con su respectiva autenticidad actualmente valen cerca de $60 millones de dólares, las pinceladas del artista chino continuaron con vida hasta influenciar a otros grandes maestros del gremio, como Dong Qichang, en gran parte debido a sus vibrantes tonos grises perfectamente combinados con la espiritualidad del país y la disciplina de la calografía.
Llevó a cabo sus años adultos destacando en caligrafía, poesía y pintura, siempre inspirado en el estilo innovador y único de sus viejos maestros, Wang Wei, Dong Yuan y Ju Ran. Más tarde, se adentró en el estudio de la naturaleza, haciendo incluso de sus obras un manual de aprendizaje sobre ello.
A pesar de la vida tranquila que dedicaba a la docencia y a la prefección de su caligrafía, en 1380 fue acusado erróneamente de conspirar contra el emperador Ming Taizu, por lo que fue encarcelado y pasó los últimos cinco años de su vida en la cárcel sin poder hacer más obras de arte, razón por la que es aún más difícil acceder a alguna de sus obras auténticas.
Su trabajo es, a la postre, considerado uno de los pilares para una nueva corriente y generación de pintores chinos fusionando sus técnicas con la caligrafía y los paisajes.