Kim Heung-sou o Kim Heungsou fue uno de los pocos artistas coreanos que pudieron viajar a París en la década de 1950, donde sus experimentos sacudieron su base inicial como pintor realista para ganar tracción como artista abstracto.
Cuando finalmente se decidió por una combinación de lo figurativo y lo abstracto suspendido en un campo de color, Kim llamó a su arte Armonismo, comparándolo con las dualidades de existencia y estética, fuertemente influenciado por el fauvismo y expresionamismo europeo, por lo que fue comparado con Pablo Picasso, al grado de ser llamado el Picasso coreano.
Fuente: Christie's
Nacido en la provincia norcoreana de South Hamgyeong, estudió pintura en la Universidad de las Artes de Tokio y obtuvo una licenciatura en 1944.
Tras su graduación, se desempeñó brevemente como profesor de arte en la Escuela Superior de Arte de Seúl y la Universidad Nacional del mismo lugar tras la independencia de Corea del dominio colonial japonés, cuando encontró una mayor posibilidad de fogueo artístico. Padeciendo los estragos que dejó el final de la Segunda Guerra Mundial, el artista partió hacia París en 1955, donde alcanzó un punto de inflexión como artista.
Aunque varias de sus pinturas se habían basado en un estilo figurativo, se interesó por estilos modernos como el fauvismo y el cubismo mientras estudiaba en la Academie de la Grande Chumiere.
En este tiempo, Kim se hizo un maestro pintor al dejar una contribución considerable a la difusión del armonismo en la escena artística local, a menudo utilizando formas figurativas y abstractas como el desnudo femenino y la geometría en su trabajo, así como vivos tonos rojos que desplegaban una especie de galaxia escarlata.
Este estilo de pintura distintivo tuvo un gran e inmediato impacto en el círculo artístico parisino, y cuando regresó a Corea en 1961, su entorno artístico quedó maravillado por el rojo que revelaba tanto desnudos de textura áspera como paisajes violentos que, en el fondo, reflejan serenidad y erotismo.
A su regreso, cambió definitivamente su tema indígena al estudio del desnudo, basado en su aprendizaje de las corrientes europeas.
Dado su notable éxito, Kim Heung-sou se desempeñó como profesor de arte en la Universidad de Mujeres de Sungshin en Seúl y en la Academia de Bellas Artes de Pensilvania de 1965 a 1980.
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Se convirtió en un miembro prestigioso de la Academia Nacional de Artes en la década de 1990, que lo llevó a realizar exposiciones en todo el mundo, incluso en Francia y Rusia, donde sus obras se han vendido en subastas internacionales.
En sus últimos años, pasó mucho tiempo en su museo donde abrió clases de arte para niños. En reconocimiento a su devoción por la educación artística, el gobierno otorgó la medalla Geum-Gwan, el orden de mérito cultural más alto de la nación, en 1999.
A pesar de su muerte el 9 de junio de 2014, Kim es recordado en la escena artística como el destacado pionero que trajo el arte occidental a Corea, introduciendo el armonismo en 1977, un concepto que encontraba a través de la armonía del yin y el yang, entre lo femenino y lo masculino y entre el este y el oeste.
Al momento de su muerte, era un distinguido profesor y miembro de la prestigiosa Academia Nacional de Artes que continuó pintando a pesar de su mala salud, ya que había estado sufriendo de cáncer de próstata y se sometió a múltiples cirugías en la columna desde el 2000, lo que afectó su capacidad para caminar.
Kim combinó el arte figurativo y abstracto para lograr más allá de las artes formativas, y eso lo mantiene como uno de los pinceles más importantes de la pintura coreana.
Al artista le sobreviven tres hijos y una hija de su primer matrimonio.