En las instalaciones de Doug Aitken, el arte no es simplemente una representación estática; es un mundo en constante evolución que fusiona narrativa cinematográfica, diseño y escultura.
Este artista, que actualmente reside en el ecléctico Venice Beach de Los Ángeles, California, ha construido un cuerpo de trabajo que examina la compleja relación entre la humanidad y la tecnología, la naturaleza y lo artificial.
Aitken, madrugador y amante del frío océano al amanecer, no solo se sumerge en las aguas tempranas, sino también en el tejido mismo de la vida cotidiana, capturando momentos que se vuelven puntos de partida para sus intrigantes instalaciones multimedia. Su obra más reciente, "Wilderness" (2022), proyecta una visión cautivadora de la interacción humana en una playa cercana durante los primeros días de la pandemia.
En este entorno, Aitken observa el flujo de visitantes, desde las primeras horas del día, cuando la playa se llena lentamente de figuras perdidas entre la multitud, hasta el atardecer, momento en el cual la tensión se acumula, revelando la dualidad entre la conexión y la alienación. Su enfoque va más allá de la simple observación; capta la esencia misma de la experiencia humana contemporánea, cuestionando nuestra relación con la tecnología y nuestro entorno.
Modern Figures (don't forget to breathe), 2018. Doug Aitken. Foto: Stir World
Aitken, conocido por trabajar en una variedad de medios, desde instalaciones inmersivas hasta proyectos colaborativos con orquestas y corales, desafía las fronteras convencionales del arte. Algunas de sus piezas, como las cabinas telefónicas iluminadas de resina, interactúan con el espectador, respondiendo a su movimiento y desafiando la estática percepción del arte tradicional.
El artista, que emergió en la escena artística neoyorquina de la década de 1990, recuerda sus primeros días en la ciudad, trabajando en un estudio desafiante en South Street Seaport. Desde entonces, ha demostrado su versatilidad creativa, explorando conexiones entre diferentes disciplinas artísticas.
Sobre su proceso creativo, Aitken revela la importancia de la repetición y la rutina durante la pandemia, destacando cómo la creación repetitiva puede ser liberadora. Desde su estudio a una milla de su hogar, se sumerge en múltiples proyectos a la vez, abordando la creatividad desde distintos ángulos.
Wilderness, 2022. Doug Aitken. Foto: The New York Times
Doug Aitken no se define por un estilo o medio específico; más bien, utiliza la diversidad como una fuente de inspiración. Su capacidad para conectar la arquitectura, el cine, la música y la escultura revela una comprensión profunda de la estructura subyacente de la creatividad.
A través de sus obras, Aitken invita al espectador a explorar el espacio liminal entre lo natural y lo fabricado, cuestionando la comodidad aparente de nuestra existencia moderna. Sus instalaciones no son solo obras de arte, sino experiencias en constante cambio que despiertan emociones y reflexiones sobre el mundo que habitamos.