Reír es sanar, hacer arte escénico lo potencializa, lo canaliza y lo sensibiliza. El clown tiene un carácter sanador. Como cualquier disciplina de teatro, poder ponerte en los zapatos del otro, o de muchos otros (tus personajes) te permite verte desde fuera y desde dentro. Desde el espejo y contra el espejo. Así ha vivido la directora escénica Gabriela Muñoz el clown: como una esfera que le salvó de su introspección.
Dice que siempre fue una freak, pero que el teatro la rescató. Mejor conocida en la escena como Chula the Clown, Gabriela Muñoz ha reivindicado el papel de la mujer en esa disciplina a través de su personaje: Greta. Un tres una perfecto.
Con Greta, Chula-Gaby The Clown, subraya el carácter sanador de su profesión y cómo le ha permitido deshacerse del pudor para derribar los estereotipos del cuerpo femenino y compartir con el mundo sus raíces mexicanas.
“¡Mis papás no sabían que les iba a salir con que quería ser payaso!”, ha dicho en entrevistas.
Para entender como es que esta clown se toma muy en serio el trabajo como payaso, hay que conocer su historia, sumamente ligada a la libertad que le heredaron sus padres, quienes en apariencia poco tenían que ver con las artes: un abogado y una médico.
De su madre tiene sus primeras incursiones en la ópera, donde la veía llorar con una intensidad que heredó. De su padre recuerda los primeros acercamientos a la comedia: cintas de El Gordo y El Flaco, Charles Chaplin e improvisados montajes concebidos para que una pequeña Gaby y su hermana, Valentina, actuaran caracterizadas de ellos.
“Mi padre es un gran maestro payaso y como yo no hablaba, él nos dijo: ‘¡Vamos a hacer una película muda!’ Pidió una cámara beta, nos disfrazó, hizo un guión, nos dio personajes y nos filmó. Me sentía como pez en el agua”.
El clown de Gaby poco tiene que ver con el circo, pero como solía suceder con los artistas de carpas, el saltar de un lado a otro ha sido clave, siempre impulsada por una máxima familiar: llevar cualquier profesión hasta sus últimas consecuencias: “Que te haga tan feliz que te haga pensar que esto se puede convertir en un estilo de vida”.
Tras el encierro pandémico que paralizó los espectáculos concurridos, Gabriela Muñoz regresó hace apenas un año a los escenarios con una propuesta que analiza las implicaciones de la creación escénica en tiempos de Covid-19, con un proyecto lamado Dirt!, (quitando capas hasta el esqueleto), que presentó en el Centro Cultural del Bosque, en la Ciudad de México.
Así, propone al público sesiones con invitados, juegos, técnicas de artes escénicas y narrativas, con ganas de replantear y construir la inspiración, después de año y medio de no poder hacer todo lo anterior debido a las restricciones sanitarias para prevenir contagios de Covid-19.
Dirt!, (quitando capas hasta el esqueleto) es un espectáculo clown que reflexiona sobre cómo nos conectamos con nuestro lado más vulnerable, más ligero, más desnudo, sin tener tanto miedo. Cobra mucho sentido después de todas las vivencias y traumas que ha traído la pandemia.
Gaby-Greta-Chula, un dialéctico (o triálectico, si se vale el neologismo) flujo de alter-egos que le han permitdo a esta mujer redimensionar el papel del clown y de la artes escénicas, como una forma de escapar de uno mismo, para volver a uno mismo.