En su práctica fotográfica, la artista Meryl McMaster combina elementos de performance e instalación, mientras explora las tensiones que rodean la identidad y el patrimonio, especialmente la suya como mujer de ascendencia indígena y europea.
Meryl es una artista canadiense radicada en la ciudad de Chelsea, Quebec. McMaster es nêhiyaw de Red Pheasant Cree Nation, miembro de Siksika Nation, británico y holandés.
Su fotografía explora preguntas sobre cómo se construye nuestro sentido del yo a través de la tierra, el linaje, la historia y la cultura.
Su enfoque distintivo del retrato fotográfico y el autorretrato incorpora la espontaneidad de la fotografía, la producción manual de objetos o prendas escultóricas que crea en su estudio y actuación.
Asímismo, en sus obras, estos medios forman un mosaico que ilustra un viaje de autodescubrimiento mientras explora las tensiones que complican nuestra comprensión de la identidad personal.
McMaster aborda temas que afectan a todos en el mundo de hoy, como las tensiones que rodean la herencia, la aceptación de las diferentes visiones del mundo que pueden existir dentro de uno mismo y la reconexión con el pasado.
Por ello, su trabajo invoca una sensación de otro mundo, transportándose a ella y al espectador fuera de la vida cotidiana y ampliando nuestra comprensión de las narrativas históricas heredadas.
En su trabajo, McMaster se centra en la tierra, el entorno natural y la migración, con la esperanza de que todos mantengamos un equilibrio ecológico a largo plazo con el mundo que nos rodea.
Tanto de actualidad como relevantes en el mundo actual, estos temas afectan no solo a los pueblos indígenas sino a los canadienses en general, lo que permite que su trabajo tenga una resonancia universal.
De este modo, desdibuja los límites entre performance, escultura y fotografía, siendo la fotografía el resultado final.
En gran parte de su trabajo, McMaster se presenta a sí misma en la naturaleza y ve el paisaje y las estaciones como parte integral de su viaje de autodescubrimiento.
Al final de todo, la obra muestra a McMaster en un momento de su viaje, y se representa a sí misma recreando su viaje.
Una joven artista consumada cuyo trabajo es tanto conceptualmente fuerte como visualmente espectacular, McMaster es definitivamente alguien a seguir.