El fauvismo, un movimiento caracterizado por su estilo pictórico y su vibrante uso del color, ha sido frecuentemente asociado con figuras masculinas dominantes. Sin embargo, una nueva exposición en la Kunstmuseum Basel, Suiza, busca redefinir esta narrativa.
Titulada Matisse, Derain y Amigos, la muestra permanecerá abierta al público hasta el 21 de enero de 2024, con el objetivo de presentar una perspectiva más inclusiva del fauvismo.
Aunque las historias tradicionales del arte moderno suelen centrarse en movimientos como el cubismo o en artistas conceptuales como Duchamp, el fauvismo, bajo el liderazgo de Henri Matisse y André Derain, también tuvo un impacto significativo. Adoptando y llevando adelante las ideas radicales de postimpresionistas como Cézanne y Van Gogh, este movimiento transformó el panorama artístico del siglo XX.
Uno de los focos principales de la exposición es el papel crucial que desempeñaron las mujeres en el fauvismo. Émilie Charmy, por ejemplo, es una de las artistas femeninas más destacadas. Después de quedar huérfana a una edad temprana, optó por no seguir las expectativas convencionales de su género y clase social. En lugar de ello, se adentró en el mundo del arte, estudiando bajo la tutela de Jacques Martin y logrando mantenerse gracias a sus cautivadoras escenas interiores y naturalezas muertas.
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Soprano Singer, 1908. Kees van Dongen. Foto: Artnet
En París, Charmy no solo se relacionó, sino que también desafió las convenciones de su época. Un ejemplo es su autorretrato de 1906, donde se muestra con un pecho al descubierto, una elección audaz y transgresora para aquel entonces.
Marie Laurencin es otra figura que desafió las percepciones de género y arte. Conocida en ciertos círculos como "la fauvette" o "la biche parmi les fauves", Laurencin se relacionó con pintores modernistas de la talla de Georges Braques y Francis Picabia.
La femme en chemise, 1905. André Derain. Foto: Artnet
Además, la exposición destaca la labor de Berthe Weill, pionera en el mundo del arte como una de las primeras dealers femeninas en París. Su habilidad para identificar talento y su apoyo a los fauvistas, desde los albores del movimiento es testimonio de su visión y contribución al mundo del arte moderno.
Más allá de los artistas, la exposición también se adentra en las figuras que, a menudo, se representan en las obras fauvistas, pero que raramente se discuten: las trabajadoras sexuales de principios del siglo XX en París. Estas mujeres, capturadas en lienzo, ofrecen una perspectiva única sobre la sociedad y cultura de la época, y la nueva investigación presentada en la exposición busca darles voz y reconocimiento.