Poco (o casi nada) es lo que se habla sobre la pérdida de visión que sufrió Georgia O'Keeffe durante los últimos 15 años de su vida.
En la década de 1970, la degeneración macular de O'Keeffe la obligó a pasar de la pintura a la escultura. Comenzó a trabajar con las manos y con arcilla antes de que encontrara la forma de trabajar en papel y lienzo nuevamente.
Resulta fascinante las similitudes que existen entre sus obras tempranas y tardías. En ambos periodos, a menudo usaba acuarela para dibujar líneas audaces. Y en ambos, su acuarela rara vez era acuosa.
Le gustaba combinar verdes con rosas, aunque la combinación complementaria se vuelve mucho más audaz en los trabajos que llevó a cabo al final de su carrera.
Untitled (Abstraction Pink and Green), 1976-77. Georgia O'Keeffe. Foto: ArtNews
Debido a su condición, Georgia probaba la misma composición con variaciones sutiles, a menudo dejando gran parte del papel en bruto, trabajando en serie.
Carol Merrill, una de las asistentes de O'Keeffe, escribió en sus memorias que la artista mantuvo su ceguera en privado durante su vida. También le contó a Merril que perdió la visión lentamente, pero se adaptó a la ceguera rápidamente.
El tema lo mantuvo en privado para evitar que su trabajo resultara afectado y se devaluara. Esto debido a que muy a menudo celebramos a los artistas por ayudarnos a ver el mundo de manera diferente; sin embargo, frecuentemente se nos recuerda que ciertas perspectivas son demasiado diferentes y nada bienvenidas.
Untitled (From a Day with Juan), 1976/77. Georgia O'Keeffe. Foto: ArtNews
Las obras al óleo sobre lienzo son considerados tradicionalmente los mayores éxitos de Georgia O'Keeffe, pero los críticos de todo el mundo aprecian (y bastante) las obras que llevó a cabo en papel.
Esto se debe a que en dichas obras, las últimas, pudo plasmar la evidente sensación de libertad que sintió en su juventud, y la ausencia de la persuasión de un lienzo.