Un periodo sabático que se extendió por 8 años fue suficiente para que el diseñador de moda Kay Kwok regresara y transformara su visión monoaural del universo en la versión plural del metaverso, y así poder superar la ansiedad del futuro para traer al aquí y ahora lo que los algoritmos de su imaginación le piden que haga ocurrir en la ropa de quien inicie el viaje.
O lo que es lo mismo: Kay Kwok está creando en los planos físico-tangibles y en los digitales-multiversales los vestuarios que sólo concebíamos antes en escenas de filmes de ciencia ficción como The Matrix, The Fifht Element o Interstellar. Es el sastre de los avatares del mañana.
Tras 8 años fuera de la Semana de la Moda de Londres, el regreso de su nueva marca KWK era muy esperado. La colección futurista AW22 que proporcionó, titulada Chapter 1: The Journey Begins, emocionó.
Usando patrones digitales deformados y ropa de bolsillo de grado militar, la colección presentó un futuro distópico en el que una serie de avatares se quedó atrás después de un gran éxodo del planeta Tierra. Es decir, imaginó la estética que tendría la gente que se quedara en este mundo, tras el soñado éxodo intergaláctico para cuando el destino nos alcance.
Y esa colección y, en general, toda la narrativa se la inspiró la idea de un multimillonario que puso a concurso del público ocho boletos de ida y vuelta un vuelo espacial para orbitar la luna.
“Un día, cuando acababa de despertarme y estaba navegando por Instagram, hubo un feed fascinante que realmente me llamó la atención. El multimillonario japonés Yusaku Maezawa tenía un proyecto titulado #Dearmoon, en el que invitó a ocho miembros del público a unirse a él en un viaje alrededor de la luna en el vuelo SpaceX de Elon Musk.
“Al principio, pensé que era realmente emocionante y, naturalmente, esperaba poder ser uno de los viajeros, pero luego vi que Elon Musk confirmó oficialmente que enviará humanos a Marte en 2024. Fue una noticia emocionante para mí, pero esta emoción pronto se convirtió en preocupación. ¿Podemos enviar a toda la humanidad? Si no, ¿quién se queda atrás en la Tierra? Así fue como comencé a imaginar lo que sucedería en el año 2100”, contó Kwok para el digital METAL.
La propuesta de este creador va más allá de los lápices, sketches, tijeras y lienzos: es un filósofo metido a diseñador de moda, pues en la pasarela de su desfile imaginó –a través de la creación de dos avatares prototípicos, Bo-bae y Bom– las posibilidades multidireccionales que tendría cada persona en convertirse en varios “yos”, en varios “nosotros”, dentro del metaverso.
“En el metaverso, cada uno de nosotros tendría su propio mundo y tendría otro ‘nosotros’ para representarnos. Allí vivimos básicamente como lo hacemos en la Tierra, con todo, lo que sea. Pero como una versión digitalizada. ¡Tenemos que vestir al otro ‘nosotros’! Así que necesitamos moda digitalizada. Por supuesto, mi marca también tendría ropa física para este mundo”, agrega.
El creador, por supuesto, escapa a los convencionalismos de crear ropa por género o por temporada. Va más allá. Está en el todo integrado y multiplicado dentro del caleidoscopio distópico que son los futuros digitales, abstractos, infinitos. Es el apocalipsis del mundo de la moda como lo conocemos, convertido en una avatar capaz de todas las formas y atado a ninguna.