Alice Bailly fue una artista que abrazó la despreocupación del Dadaísmo para crear obras contemporáneas de lana cosida que comunican de manera intuitiva; una artista que combinó colores disonantes, unió formas geométricas y orgánicas, y yuxtapuso formas limpiamente delineadas con pasajes de pintura entrecortados para formar imágenes altamente dinámicas.
Nacida el 25 de febrero de 1872 y fallecida el 1 de enero de 1938, Alice fue conocida por sus interpretaciones sobre el cubismo, el fauvismo, sus pinturas en lana y su participación en el movimiento dadaísta.
Proveniente de una familia modesta, Alice abandonó sus estudios de alemán para seguir, en Ginebra, de 1891 a 1895, tomando lecciones en la École des demoiselles, contigua a Beaux-Arts, a la que aún estaba prohibido el acceso a las mujeres.
En 1904 se trasladó a París, donde se unió a la colonia de artistas suizos de la rue Boissonade, en Montparnasse. Entre sus presentaciones al Exposición municipal de Ginebra de 1907, la pintura Trois torsos de femmes (1907), deudora del toque expresivo de Vincent Van Gogh y del sintetismo de Paul Gauguin, también toma prestado del colorismo de Matissian, lo que la hizo una artista capaz de adecuar cualquier estilo a su lienzo.
El arte de Alice Bailly. Fuente: Tutt'Art
En 1909, expuso en el Salon des Indépendants, el Salon d'Automne y la Kunstausstellung ("exposición de arte") en Munich. En 1912 vuelve a exponer en los Indépendants, junto a los cubistas André Lhote y Jean Marchand (conocido como Mercator), marcando así su adhesión a este movimiento y su adquisición de fama internacional.
Al año siguiente, Guillaume Apollinaire notó su pintura En la capilla (1912), que revela la influencia de Robert Delaunay. El mismo año, se acercó al movimiento futurista y volvió al color, luego tuvo una primera exposición individual en el Museo Rath de Ginebra.
Mientras exhibía sus primeros grabados en madera en París, el fauvismo saltó a la palestra. Bailly se inspiró en el uso audaz del estilo de colores intensos, contornos oscuros y una anatomía y un espacio enfáticamente irreales. En 1908, sus nuevas pinturas se exhibieron en el Salon d'Automne junto con el arte de los principales pintores fauves.
Continuando con su experimentación estilística, Bailly desarrolló su propia variación del cubismo.
En 1912, su trabajo fue elegido para representar a Suiza en una exposición itinerante vista en Rusia, Inglaterra y España, no obstante, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Bailly regresó a Suiza, donde inventó las "pinturas de lana", obras de técnica mixta en las que hebras cortas de hilo de colores imitaban pinceladas.
En esa época de guerra se produce el fenómeno dadaísta, en el que Bailly se involucra brevemente. El movimiento, que comenzó en Suiza, consistió en una variedad de formas de arte y tenía como objetivo provocar reacciones violentas en sus espectadores, no para complacer al público.
Se mudó a Lausana en 1923 y permaneció allí el resto de su vida, continuando exhibiendo regularmente y promoviendo la causa del arte moderno.
En 1936, Bailly aceptó el encargo de pintar ocho grandes murales para el vestíbulo del Teatro de Lausana. Esta tarea monumental la llevó al agotamiento, lo que presumiblemente hizo que Bailly fuera más susceptible a la tuberculosis que se cobró su vida dos años después.
Se dice que la obra más famosa de Bailly es su pintura titulada "Autorretrato", pintada en 1917. La pintura representa un enfoque más vanguardista de los autorretratos de lo que normalmente se aceptaba en su época. La pintura incorpora muchos estilos, una cualidad que al final fue exclusiva de Alice, una pintora capaz de adecuarse al clima que le tocara.