Reconocido internacionalmente como el "padre del futurismo" en su Ucrania natal y en Rusia, David Burliuk fue uno de los principales contribuyentes al periodo seminal del modernismo en las primeras décadas del siglo XX.
Burliuk nació en 1882 cerca de la ciudad de Kharkiv en el este de Ucrania. Estudió en Odesa y Kazan de 1898 a 1902, en la Real Academia de las Artes de Múnich de 1902 a 1903, y en la École des Beaux-Arts de París en1904, donde dio muestras de su carácter exuberante y extrovertido que fue reconocido por Anton Azhbe, el pintor esloveno más importante de la segunda mitad del siglo XIX, y su profesor en la Academia de Múnich, quien llamó a Burliuk un “maravilloso caballo salvaje de la estepa”.
En ese tiempo, y bajo la tutela de Azhbe, el arte de Burliuk durante su primer periodo históricamente importante fue una amalgama de influencias fauvistas, cubistas y futuristas, que absorbió y fusionó con su amor por la naturaleza, una fascinación por las formas y diseños de la cultura escitas, temas que fusionó para formar el grupo literario-artístico, Hylaea, donde explotó su admiración por el folclore ucraniano. Entre sus leyendas preferidas estaba la leyenda de Mamai, un cosaco que encarnaba la propia visión de valentía, autosuficiencia e individualismo de Burliuk.
Paisaje en Nuevo México - 1942. Fuente: Accueil de Paul Oeuvre Art
En Rusia, como rompedor de la tradición artística, fue expulsado en 1911 del Instituto de Moscú junto a otros futuristas, con quienes emprendió una campaña pública con conferencias, diarios y películas, todo centrado en la locura de la vida industrial moderna.
Durante estos años de formación, Burliuk participó activamente en importantes exposiciones de vanguardia en Kiev, Moscú, San Petersburgo y Múnich. Desde diciembre de 1913 hasta abril de 1914, la notoriedad de los futuristas de Burliuk alcanzó su punto máximo cuando Burliuk, Vladimir Maiakovsky y Vasily Kamensky recorrieron 17 ciudades del Imperio, quienes formaron el grupo de los futuristas, que les gustaba usar chalecos llamativos, a veces, hasta pintándose la cara de animales y usando zanahorias en las solapas.
La energía que caracterizaba la vida de Burliuk, su fuerza creativa y su celebración de lo nuevo dejó un impacto duradero en la historia del modernismo, y en estos años, alcanzó el epítome de su éxito, pero con todo y todo, el arte y la vida de este genio después de su tumultuoso periodo inicial lo llevarían a muchos y variados lugares.
Con el advenimiento de la Primera Guerra Mundial, dejó Rusia y viajó durante cuatro años, incluso a Siberia, donde dio conciertos futuristas y vendió su arte.
En esta época, expuso con los Blue Riders, y experimentó con el simbolismo y a partir de sus extensos viajes ejerció el neoprimitivismo.
De 1920 a 1922 pasó un tiempo en Japón pintando, organizando exposiciones y promoviendo el futurismo. En 1922, Burliuk llegó a los Estados Unidos, instalándose primero en la ciudad de Nueva York, donde vivió de 1922 a 1941, y luego en Hampton Bays, Long Island, donde continuó pintando hasta su muerte en 1967 y desarrolló su "estilo radiofónico", un estilo que involucraba simbolismo, neoprimitivismo y expresionismo.
En este tiempo, la inspiración para la carrera posterior de Burliuk se encontró en su amor por la vitalidad en todas sus formas: biológica, psicológica y cultural. Ya sea que estuviera pintando su estepa ucraniana nativa, paisajes japoneses, pueblos pesqueros de Long Island o las calles de Nueva York, buscó la energía que vibraba y fluía a través de las escenas que sugieren la existencia de patrones ocultos más allá de la percepción humana.
Sus temas fueron desde pinturas neoprimitivas hasta la vida campesina en Rusia y representaciones futuristas de pescadores del Mar del Sur. Gran parte de su pintura en Rusia desapareció en la Revolución Rusa, aunque a lo largo de su vida, Burliuk se mantuvo innovador, enérgico y optimista, sentimientos que plasmó además en su etapa como poeta.
Era, al final, un adorador de la abundancia y la gloria de la tierra tanto como un escandalizador futurista del gusto público.
Siempre manifestó que uno de sus artistas favoritos fue Vincent van Gogh, cuya apasionada visión de la naturaleza, tierna con un color brillante y un trazo vigoroso, Burliuk admiraba mucho.
Y es que, la profunda implicación de Burliuk en el mundo también se manifiesta en sus importantes obras centradas en temas ideológicos y filosóficos relacionados con la guerra y la condición humana, una cualidad que comparte con el pintor holandés.
David Burliuk murió en Long Island en 1967. Ese mismo año fue honrado póstumamente al ingresar en la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras. Así, hasta el final de sus días, David actuó como un motor que transportaba ideas e información capaz de influir en la sociedad, confirmando de este modo su vinculación con el futurismo.
A la cima de la vanguardia rusa, el trabajo de Burliuk es recordado por sus lienzos extremadamente coloridos y su uso casi arquitectónico de la pintura. Sus lienzos expresionistas son como petardos de colores densamente pintados que encienden el modernismo ruso.