Caracterizados por una vitalidad refrescante, las pinturas, dibujos y collages de Wook-Kyung Choi revelan el compromiso intelectual de un artista con los modos de abstracción y la creación de imágenes.
Nacida en 1940 y criada en Seúl, Corea, Choi se mudó a los Estados Unidos en 1963 para estudiar primero en la Academia de Arte Cranbrook, y luego en el Museo de Arte de Brooklyn.
Al momento de arrancar su carrera, Choi comenzó a involucrarse directamente con los modernismos occidentales, con lo que inauguró Untitled, de 1968, un frenético ensamblaje de formas naranjas, grises y blancas, colores en capas, bordes gruesos con pintura negra, introduciendo un estilo pictórico divergente que inauguraba una nueva forma para los artistas coreanos después de la Guerra de Corea.
En la búsqueda de desarrollar su propio lenguaje visual, Wook-Kyung Choi se distinguió de los expresionistas abstractos estadounidenses en su conservación de elementos narrativos y representativos. Sus colores vibrantes se filtran con la tinta coreana negra, creando trazos alcistas que se reducen a expresiones caligráficas, por lo que la forma ya no se invoca a través de bloques de colores pesados, sino a través del espacio negativo.
Fuente: Aware
Sus pinturas abstractas también difieren del trabajo de sus contemporáneos coreanos asociados con Dansaekhwa o el movimiento de pintura monocromática coreana, caracterizados por una paleta de colores sombríos y gestos repetitivos. Por ejemplo, en comparación con la serie 'Ecriture' de Park Seo-Bo o la serie 'Conjunction' de Ha Chong-Hyun, el uso de colores llamativos y pinceladas de Choi exuda emociones en lugar de tratar de dominarlas.
Desde mediados de la década de 1970 en adelante, Choi también comenzó a emplear colores pastel más orgánicos y suaves, por ejemplo, en Unfinished Story, de 1977, los tonos claros de rosa, azul, verde y violeta resaltan las curvas que giran para evocar los delicados pétalos de las flores, renovándose como artista en la escena contemporánea del arte.
Con estos esfuerzos, finalmente nacieron los collages de Choi, quizá su obra más representativa, donde la artista utilizó recortes de periódicos como una forma de comentar directamente sobre eventos contemporáneos, como por ejemplo, las protestas contra la guerra y el movimiento de derechos civiles que estaban ocurriendo en los Estados Unidos.
Desde 1978, Choi regresó a Corea, donde su carrera se vio truncada por su muerte prematura en 1985. Sin embargo, su trabajo ha ido recuperando la esencia y la atención en las últimas décadas, tanto que en 2016, Kukje Gallery organizó su exposición retrospectiva Wooky-Kyung Choi: American Years 1960s.
En caso de querer visitar su trabajo, las obras de Choi se encuentran en las colecciones del Museo de Arte Leeum Samsung, Seúl; en el Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo, de Gwacheon; y la Escuela de Pintura y Escultura Skowhegan, de Nueva York, entre otros.