Aretha Franklin rompió las cadenas de su género, hizo frente valientemente a las desigualdades sociales e hizo de su voz una de las más apreciadas en el mundo, pero su vida siempre se tambaleó entre las luces del escenario y las sombras de lo que ocurría en su mundo personal.
Después de su muerte por cáncer de páncreas a los 76 años el 16 de agosto de 2018, los homenajes se derramaron por todas partes para la talentosa cantante, pero también salieron a la luz varios temas de su tormentoso pasado, incluyendo su lucha contra el alcoholismo, los matrimonios abusivos y sus propias inseguridades.
Estas pesadillas comenzaron con su padre, Clarence LaVaughn Franklin, un predicador viajero de Mississippi que se hizo popular gracias a su emotivo estilo de predicar, ganando miles de dólares para pronunciar sermones en varias iglesias en todo el país.
Mientras Aretha crecía y vio la muerte de su madre, Barbara Siggers, a los 10 años, ella misma empezó a cultivar su propio talento teniendo a su padre como mánager; no obstante, pronto aprendió sobre sus viciosas manías ya que a menudo solía organizar orgías salvajes entre sus feligreces, lo que marcó su infancia ya que incluso la obligaron a partiipar en estas.
Como resultado de los anterior quedó embarazada por primera vez a la edad de 12 años, en 1955. Su segundo hijo, Edward, nació en 1957, dos meses antes de que Aretha cumpliera 15 años.
El cuidado y el apoyo que necesitaba Aretha recayó sobre varias mujeres, entre ellas su abuela Rachel y Mahalia Jackson, conocida como "la mejor cantante de gospel del mundo", quienes enseñaron a la joven que todo en el mundo se podía arreglar cantando, y fue por eso que no se detuvo.
A los 18, cuando se dió cuenta que ella misma podría abrirse las puertas del éxico, le dijo a su padre que soñaba con convertirse en una estrella del pop, y comenzó a ser manejada por Ted White, un hombre con el que se casó a los 19 y tuvo otro hijo tres años después, y que, según relaciones cercanas a la cantante, no era un buen hombre.
Gente que acompañó a Aretha en sus inicios vocales describieron a White como controlador y abusivo pues solo estaba usando a la cantante para poder hacer uso de las recompensas de su éxito, lo cual la deprimió y la volteó al alcoholismo, incluso a pesar de su éxito Respect, sencillo que la tenía en la cima de la música en 1967.
Después de nueve años, Aretha finalmente se divorció de Ted después de no poder sostener más la idea de que tenía un matrimonio de libro de cuentos. De acuerdo con su famlilia y a su autobiografía Respect: The Life Of Aretha Franklin, escrita por David Ritz, ella estaba teniendo todos ese éxitos y ganando todo ese dinero, pero tenía miedo de balancear el bote, hasta que un día el bote volcó y ella casi se ahoga.
“Había historias de ella siendo víctima de violencia doméstica y eso no le gustó”, explica Ritz, "pero no le gustó la imagen de ella siendo una mujer golpeada. Le encantaba el blues, pero no quería ser vista como una figura trágica del blues. Ella sacó una foto de ella teniendo un hogar feliz y niños felices y color de rosa... cualquier historia en sentido contrario realmente la enojaba".
Durante la década de 1970, según varios informes cercanos a la gran cantante, no fue fácil trabajar con Aretha ya que no acudía a las fechas de grabación del estudio, bebía cantidades excesivas de alcohol, incluso en el escenario, y tenía problemas con su alimentación ya que comía de forma compulsiva.
En 1977, Aretha logró dejar su adicción al alcohol como parte de un movimiento más amplio para cambiar el nombre de su imagen, pero su adicción a la comida permaneció. En 1978 se casó con el actor Glynn Turman, pero se divorciaron seis años después, y aunque tenía esperanzas en su futuro, la década de 1980 trajo consigo una serie de complicaciones que continuarían con la ola de difíciles momentos para la artista.
En 1979, su padre recibió dos disparos en su casa en un intento de robo y permaneció en coma durante los siguientes cinco años. Este murió en 1984, lo que debastó a la cantante.
Sumado a esto, su hermana Carolyn y su hermano Cecil, ambos murieron de cáncer hacia el final de la década, lo que le trajo a Aretha una ola de inseguridades y celos que la catalogaron como una diva difícil de tratar, causando también disputas con los periódicos más sensacionalistas que ciertamente se alimentaban de las actitudes más difíciles de la estrella.
Estos tiempo complicados de la artista le hicieron negar unos éxitos que la habrían catapultado aún más, por ejemplo, Paul McCartney y John Lennon habían escrito Let It Be para ella, sin embargo, cuando la oyó por primera vez, no sabía si grabarla por su educación baptista, ya que creía que la parte de 'Mother Mary' le causaba conflicto, y al final prefirió no grabarla. Paul y John se cansaron de esperar y la grabaron primero, y el resto es historia.
A pesar de que pareciera que los momentos difíciles no querían dejarla en paz, Aretha se dedicó a cantar y a producir, no olvidando que cantando la vida se hace mejor, por lo que la complicada época de 1980 y 1990 fue de gran trabajo, realzando su figura a través de colaboraciones con James Brown, Whitney Houston y Elton John.
En 1993 y en 1997, cantó en las ceremonias de apertura del gobierno de Bill Clinton; y en 1995 recibió un Grammy por toda su carrera mientras también grabó con Frank Sinatra la canción What Now My Love.
En 1998 demostró que era una de las estrellas más importantes de la música de nuestro siglo en un espectáculo de VH1 llamado Divas Live, donde actuó con algunas de las artistas que habían roto las listas de ventas en la última década como Mariah Carey, Céline Dion y Shania Twain.
En 2007, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, y el 20 de enero de 2009 cantó el tema My Country This of Thee en la ceremonia de investidura de Barack Obama, que, sin negar la turbulenta vida de Aretha, mencionó alguna vez: "Si estoy varado en una isla desierta y tengo diez discos para llevar, sé que ella está en la colección. Porque ella me recordará mi humanidad. Lo que es esencial en todos nosotros."
Hasta el dia de hoy, puedes escuchar la influencia de Aretha en todo el panorama de la música estadounidense sin importar el género. ¿Qué otro artista tuvo ese tipo de impacto? Bob Dylan, quizás Ray Charles. The Beatles o los Rolling Stones, pero, por supuesto, son importaciones.