Jean Baptiste Reinhardt, mejor conocido como Django Reinhardt, fue un guitarrista y compositor de jazz que nació en Bélgica el 23 de enero de 1910 como hijo de Laurence Négros Reinhardt, bailarina y cantante, y de Jean-Baptiste Eugène Weiss, violinista y guitarrista, por lo que traía la música en las venas.
Cuando apenas había recién cumplido los 8 años, sus padres se mudaron a uno de los campamentos gitanos que rodeaban París. Ahí apoyó en las labores de casa y fue a clases tanto como pudo, por lo que aprendió de todos los instrumentos que se le cruzaron en el camino, tanto, que a los 14 años tocaba el banjo, la bandurria, la guitarra y el violín.
En medio de una vida turbulenta e incierta azotada por la pobreza, la música lo hizo sentir como un rey, y pronto notó que su música le podía generar ingersos si tocaba en las calles o en los cafés cercanos a su casa.
Lo que él vió como una oportunidad de poder de tocar libremente y de paso conseguir dinero para su casa pronto se volvió en una interesante propuesta gracias al acercamiento del cantante estadounidense Jack Hylton, quien en 1928, cuando Django apenas tenía 18 años, le ofeció unirse a su banda.
Esta gran proyección que estaba teniendo el talento y la música de Django Reinhardt se frenó cuando la caravana en donde vivía explotó debido a un cortocircuito, causando quemaduras al joven guitarrista y graves heridas en sus dedos, lo que le hizo pensar que su futuro en las cuerdas estaba seriamente comprometido.
A pesar de la gravedad de las cosas, Reinhardt dominó la habilidad de tocar con los otros dos dedos, a veces empleando también el pulgar, y aunque se tuvo que someter a una nueva etapa de aprendizaje, su creatividad se disparó a alturas increíbles, y empezó a producir algunas de sus canciones que más adelante serían algunas de las más recordadas.
Cuando volvió a sus andadas musicales, alrededor de 1934, siempre tuvo que hacer frente a la discriminación y a la explotación laboral. Tras adaptarse a su nueva forma de tocar y de vivir tras el accidente, Reinhardt conoció al violinista Stéphane Grappelli, con quien repasó el amplio repertorio de artistas como Louis Armstrong, Duke Ellington, Eddie Lang y Joe Venuti, que iluminaron músicalmente al joven que finalmente decidió que era el momento de comenzar su propia propuesta musical junto a Grappelli: la Quintette du Hot Club de France.
La banda que rápidamente fue aceptada entre la audiencia parisina gracias a sus composiciones excepcionales a lado de figuras como Adelaide Hall, Coleman Hawkins y Rex Stuar, se vió frenada en 1939 tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, dada que las melodías llegaron a varias personas en América, una nueva frontera se le había abierto al guitarrista.
En 1946, cuando finalmente comenzaba una paz entre naciones tras el cese de las armas, antes de emprender su viaje a los Estados Unidos que marcaría el principio del fin de su carrera, Reinhardt y Grappelli grabaron su célebre versión de La Marsellesa a ritmo de swing en los estudios Abbey Road de Londres, una interpretación que le daría un gran amor en toda Europa.
Fuente: Jot Down.
La gira que lo marcó
Su gira por Estados Unidos junto a la orquesta de Duke Ellington fue una que lo enfrentó al desencanto del público y de la American Jazz Press, que ansiaba oír una innovadora versión de Bebop, el género que era tan reconocido en aquel entonces, y al no recibirlo de Reindhardt, lo tumbó duramente, agotándolo física y mentalmente.
También llegó tarde a su concierto en el Carnegie Hall, tuvo un mal uso de sus gastos, y nunca pudo hacerse de una guitarra propia, lo cual dificultó aún más sus presentaciones donde fue abucheado muchas veces.
A pesar de la dura experiencia que lo marcaría en los años por venir, conoció a virtuosos como Johnny Smith, Harry Volpe y Les Paul, a quienes influyó tremendamente con su peculiar modo de enfrentar las seis cuerdas.
Regresó a París distante y abatido tras su experiencia con la desilusión. A partir de 1949, trabajó poco, visitó Roma y tocó a lado de Benny Goodman.
El padre del jazz gitano, un personaje misterioso, parco en palabras y poco interesado en el reconocimiento y la gloria terminó sus días en la localidad de Samois-sur-Seine.
Falleció el 16 de mayo de 1953 a causa de una hemorragia cerebral fuera de su casa mientras regresaba del club de París Oddly, terminando una carrera muy prolífica a la edad de 43 años.
El gypsy jazz de Django Reinhardt
El legado musical de Django se define como el gypsy jazz, que se caracteriza específicamente por una instrumentación centrada en la guitarra, con dominancia de los instrumentos de cuerda, y el uso de un tipo particular de guitarra conocida como 'Selmer' o 'Selmer-Maccaferri'.
Aunque su repertorio se origina principalmente en melodías de swing de los años 1930 y 1940, el término gypsy jazz como tal, y sus equivalentes en otros idiomas, no entró en uso hasta la década de 1970, tras un renacimiento de la música de Reinhardt por los músicos sinti del colectivo alemán Musik Deutscher Zigeuner.
El término gypsy jazz y también el jazz manouche es una apelación abierta a la alteridad de la cultura gitana y en concreto manouche, haciéndose eco de una larga tradición en la que los gitanos y gitanas y su cultura han sido exotizados por productores culturales de Europa occidental en circunstancias históricas particulares.
A partir de ahí, varios grupos de gitanos sinti y manouche adoptaron la música de Reinhardt como una práctica étnicamente representativa, mientras que otros no-gitanos también empezaron a hacer música de estilo similar. Desde entonces, el gypsy jazz se ha convertido en una floreciente industria musical en todo el mundo, aunque sigue siendo más popular en Europa occidental.
A lado de Biréli Lagrène y el difunto Henri Salvador, Django Reinhardt se coloca como uno de los gitanos más universales de la historia.