Tradicionalmente, un chapbook se puede definir como un tipo de literatura popular que se imprimía en Europa.
Las raíces de los chapbooks se remontan a la Europa del siglo XVI, cuando la tecnología de impresión comenzó a democratizarse y los libros impresos se hicieron asequibles, y es que los libros habían sido durante mucho tiempo propiedad exclusiva de los ricos, que poseían tanto la educación como los medios necesarios para leerlos.
Lo anterior cambió cuando la creciente accesibilidad del papel y las imprentas hizo posible que los libros sin encuadernar de ocho o doce páginas se vendieran por un centavo o menos, al alcance del salario de un trabajador.
De esta forma, su popularidad escaló durante los siglos XVII y XVIII, cuando los chapbooks se comenzaron a publicar en diversas presentaciones, ya fuera a través de folletos políticos, religiosos o poéticos, como cuentos populares o almanaques, aunque el término formal de chapbook para este tipo de literatura se fue adoptando hasta el siglo XIX.
Estos trabajos, doblados por la mitad y encuadernada por el pliegue con hilo, grapas o cualquier material que desee su creador, comenzaron a disfrutar de una vasta popularidad en Inglaterra, Francia y Alemania, donde se referían a esta literatura como Bibliothèque bleue y Volksbuch, respectivamente.
A la par, dichos lbros comenzaron a ser distribuídos en la calle dada su accesibilidad entre la gente, y los vendedores ambulantes de estos escritos se comenzaron a llamar los 'chap-men', que se levantaron para satisfacer esta demanda, llevando material impreso de las imprentas en las ciudades a una audiencia entusiasta de las clases trabajadoras rurales.
Cosiendo un libro aquí, y haciendo una lectura apasionada por allá, los 'chap-men' eran jornaleros en el camino, geógrafos culturales, y como todos los vagabundos, extraños, en un sentido eminentemente occidental. Eran personas que no pertenecían a una comunidad, lo que probablemente los hacía los personajes más interesantes de su época, y lo que dió vuelo a la costumbre de esta literatura que encantó a la mayoría.
De esta manera, los primeros lectores de estos libros se entusiasmaron con los cuentos de aventuras y picardía, incluso aquellos que no sabían leer pudieron participar, ya que la relación fluida del chapbook con la oralidad y las canciones populares de ese tiempo permitían que cualquiera en el público pudiera interpretarlos y leerlos, ya que de su formato destacan sus cualidades táctiles y visuales, con especial atención al diseño, la tipografía y el papel, que a menudo incluyen ilustraciones, fotografías u otras obras de arte.
Además de su practicidad, los trabajos apoyaron la educación del momento, ya que su formato ayudaba a centrar la atención del lector en una serie o secuencia de poemas.
Mientras el término también se puede usar para describir un libro de poesía que es más pequeño en longitud, tamaño o tirada que una colección de poesía estándar, los chapbooks se convirtieron en el método preferido de trabajo para los poetas, que los comenzaron a utiizar como un paso hacia la construcción de una colección más completa o como un proyecto discreto para el trabajo que exige una forma de publicación más corta y enfocada.
Por otra parte, los chapbooks sirvieron como la primera introducción de las formas móviles en Europa occidental.
Cerca de 1791, la editorial Merriam-Webster definió los escritos como "un pequeño libro que contiene baladas, poemas, cuentos o tratados". Poco más tarde, Lyrical Ballads & Other Poems, una presentación de William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge reinventó el modo y establecería las primeras formas que muchos poetas y los chapbooks estadounidenses evolucionarían más de un siglo y medio después.
Para el siglo XVIII, algunos chapbooks comenzaron a reflejar las costumbres de la Ilustración que estaban tomando a la sociedad por asalto, un ejemplo de esto es el escrito The Rights of Man de Thomas Paine.
Actualmente, el término chapbook sigue en uso para publicaciones actuales, aunque generalmente poesía de hasta cerca de 40 páginas, que van desde producciones de bajo costo hasta ediciones caras y finamente producidas.
Sus variadas formas de elaboración y distribución también fueron abriendo varias opiciones, entre ellas la creación de los fanzines, provieniente del inglés, conformado por las palabras fan, que quiere decir fanático, y zine de magazine o revista.
Este modo se utilizó para referirse a revistas independientes creadas por fanáticos de un sinfín de temas, tales como grupos musicales, series de culto, cómic u otras creaciones de la cultura pop, por lo que la influencia de los chapbooks está más que definida.
En tanto, la Enciclopedia Británica menciona que "la mayoría de los chapbooks tenían un tamaño de 5 ½ por 4 ¼ pulgadas (14 por 11 cm) y estaban formados por cuatro páginas (o múltiplos de cuatro), ilustradas con grabados en madera. Contenían cuentos de héroes populares, leyendas y folclore, bromas, informes de crímenes notorios, baladas, almanaques, canciones infantiles, lecciones escolares, farsas, cuentos bíblicos, historias de sueños y otros temas populares. Los textos eran en su mayoría toscos y anónimos, pero formaban la mayor parte de la lectura secular y ahora sirven como guía para los modales y la moral de su época."