Imao Keinen nació en 1845 en una familia que tenía un comercio de telas teñidas yūzen en Kioto. Desde niño le encantaba caminar y dibujar el camino que tomaba todos los días, por lo que volverse pintor era la senda natural de las cosas.
Cuando tenía 10 años, publicaba fotos de espectros alrededor de su casa y jugaba con los niños del vecindario usando la casa como una casa encantada, dando muestras de su fascinación a los colores y a las exhibiciones; no obstante, mientras entretuvo a todo su vecindario, todos los miembros de su familia padecieron de una migraña tremenda a causa de las figuras pesadillescas y colores intermitentes.
Fue regañado duramente y críticos de arte han segurado que dicho episodio le hizo no hacer más dibujos que pudieran sugerir espectros o fantasmas y dedicarse por completo a la naturaleza y a los pájaros, que fascinaban a su mamá y que veía cotidianamente en sus caminatas. Inicialmente, estudió con Umegawa Tōkyo como aprendiz de pintor y, más tarde, se convirtió en discípulo de Suzuki Hyakunen cuando tenía 14 años.
Aunque tuvo que estar en condiciones de heredar el negocio familiar por un tiempo, logró ser independiente suplicando a su hermano mayor que ocupara el cargo en lugar de él cuando tenía 24 años, lo que le permitió pintar y organizar las exhibiciones que le fueron otorgando popularidad en su país.
Después de esa decisión, que refleja muy bien el apoyo y orientación familiar que percibió desde pequeño, recibió premios meritorias una y otra vez tras sus muestras, incluida la Kyoto Expo, que lo juntó con sus contempráneos, ellos sí diujando los clásicos dragones y paisajes extraoridnarios del archipiélago nipón.
Además, recibió el precio de bronce en la Primera Exposición Naikoku Kaiga Kyōshinkai en 1882, y la primera medalla de oro en la Exposición de Nara en 1852, lo que le permitió alcanzar reputación por medio de su técnica de pintura para expresar la riqueza de las aves y las flores de manera colorida, meticulosamente basado en sus bocetos que creaba al caminar en los bosques.
Continuó con su pintura de pájaros y flores incorporando el estilo de dibujo de la escuela Maruyama y la escuela Shijō con la ayuda de Suzuki Hyakunen. Su estilo peculiar, que no estaba inmerso en el sentimentalismo de ambas escuelas, también presentó algunas limitaciones en términos de modernización, aunque no por eso deja de ser un alto representante del Nihonga.
Fue elegido Artista de la Casa Imperial en 1904 y miembro de la Academia Imperial de Bellas Artes en 1919. Completó su Kachō Gafu (Libro de pintura de pájaros y flores) en 1891 y se convirtió en un gran maestro de la pintura de Kioto.
A lo largo de su vida, Imao Keinen fue un personaje honesto por naturaleza que pasó toda su vida pintando. Fue, hasta el final de su vida (1924), un hombre que amó las plantas japonesas en macetas y los cachorros. Mirando hacia atrás en sus trabajos, se puede decir que Imao fue un pintor único que jamás temió en expresar su amor por los pájaros, las flores y la unificación de las composiciones.