Otake Chikuha nació en 1878 prácticamente a la mitad del campo en la prefectura japonesa de Niigata, localizada en la isla Honshū.
Su infancia estuvo acompañada de estrictas reglas, trabajo doméstico y educación formal limitada junto a su padre, Otake Kuramatsu, y sus hermanos, Etsudo y Kokkan.
Aquellos años de Chikuha estuvieron repletos de vistas y puestas del sol y la luna que no solamente le inspiraron, sino que lo marcaron pues justo estos elementos son algunos de los aspectos que más resaltan de la obra del maestro del Nihonga.
Y es que si hay algo que resalta en el lienzo de Otake Chikuha son los colores livianos, donde casi se puede oír el goteo de los pescados que nadan entre ellos, o los murmuros de sus personajes casi caricaturescos que parecen platicar dentro de sus marcos.
Desde muy pequeño, el padre de los tres hermanos se dio cuenta de la habilidad que poseían sus tres hijos, y fue adoptando un método de educación por medio de la pintura que les fue abriendo posibilidades a becas y patrocinios. Les entrenó su visión de Japón a través de sus habilidades con las ilustraciones, los ayudó a ver a través de sus oídos, y finalmente, Otake Chikuha, junto a sus hermanos, comenzó a pintar en concursos nacionales, tanto infantiles como profesionales.
A lado de su hermano Kokkan, Otake nunca pretendió soltar el pincel y comenzó a ejercerlo como oficio.
Llegó a Tokio para trabajar como ilustrador en la revista Small People, donde realizó un magnífico trabajo. Después de eso, también aprendió técnicas de retrato yamato-e de Kobori Tomoto, pintura de pájaros y flores junto a Kajita Hanko, perfeccionando el dibujo lineal que aprendió de la escuela Kano de Hashimoto Gaho.
Con el paso de los años y de la producción que fue aumentando, comenzó a participar en exposiciones organizadas por el grupo de pintores Nihon Kaiga Kyokai y dirigidas por Okakura Tenshin, una figura influyente en el desarrollo de instituciones de arte moderno japonesas.
A través de estas presentaciones y la atención posterior de Tenshin, Chikuha se dio a conocer en todo Japón y el resto de Asia. Sin embargo, en 1908, debido a diferencias políticas entre los artistas, Chikuha dejó el grupo Nihon Kaiga Kyokai, pero inició su periodo más prolífero.
Durante estos años produjo The Visit (Otodure), su obra más conocida. Con ella ganó en 1910 el premio más alto de Bunten y actualmente puede ser apreciada en el Museo Nacional de Arte Moderno de Tokio.
Con los años continuó produciendo y posteriormente decidió postularse para un puesto en la Cámara de Representantes de su país en 1915, aunque perdió y tuvo que trabajar árduamente para pagar las deudas que adquirió en dicho momento y que pudo liquidar hasta varios años después.
En el invierno de 1935, Chikuha, quien sufrió de asma bronquial, murió en su casa en Hongo, Tokio, el 2 de junio a la edad de 59 años, dejando atrás varias pinturas que se realzan como joyas de la corona de un movimiento que reflejará por siempre la extensa variedad de colores del país del sol naciente.