No hay demasiados detalles sobre la vida de Maeda Seison, pero se trata indudablemente del artista que consignó los colores y los paisajes definitivos de la corriente Nihonga.
Nacido el 27 de enero de 1885, en Nakatsugawa, Prefectura de Gifu, en Japón, desde una edad muy temprana Maeda se dedicó a estudiar la burocracia tradicional y a recrear de imágenes con Kobayashi Kokei.
A la par de estos años, estudió literatura japonesa clásica como auditor en la Universidad de Kokugakuin, y en 1907, a pesar de su corta edad, participó en Koji-kai, una organización artística formada por Yasuda Yukihiko y otros pintores, donde atrajo mucha atención como pintor en recintos específicos y bajo encargo.
Durante estas primeras etapas, Maeda Seison se epecializó a trabajar con materiales como el papel, la seda, la madera y el yeso, a los que daba vida con tintas, pigmentos minerales y naturales, como el nikawa, colorantes animales y vegetales, pegamento, oro y otros metales.
A pesar de no ser materiales fáciles de usar, Seison empleó las técnicas y el tiempo necesario para lograr un sello definitivo que lo ha distinguido entre sus colegas.
A partir de 1914, realizó obras para exposiciones que recorrerían todo Japón, y luego Corea y China en 1915 y 1919. Con el patrocinio de la Academia de Bellas Artes de Japón, visitó Europa en 1922, recorriendo Roma, Florencia, París y Londres, donde durante casi un año quedó muy impresionado por los frescos del maestro renacentista italiano Giotto en Asís.
Sin embargo, Maeda siempre se mantuvo fiel a los estilos tradicionales de pintura japonesa, y de esta manera, sus pinturas históricas de una composición hábil, líneas fluidas y colores brillantes se fueron haciendo de una notable audiencia que veía en sus lienzos los colores tradicionales del país.
El legado de las pinturas de Maeda Seison
Una de sus obras más importantes, Yoritomo en una cueva, representa al líder samurái medieval Minamoto escondido en una cueva en Izu con siete de sus criados de confianza después de su derrota por el clan Heike en la Batalla de Ishibashiyama.
La obra se completó en 1929 y ganó el prestigioso premio Asahi en 1930. Ahora se encuentra en exhibición en el museo Okura Shukokan, propiedad de los hoteles Okura en Tokio.
Sus colores también han sido objeto de un sello postal emitido por el gobierno japonés en 1982, como parte de una serie en honor al arte moderno japonés.
Maeda se convirtió en miembro de la Academia de Arte Imperial en 1937. Realizó una gira por Manchukuo y el norte de China en 1943 bajo el patrocinio del gobierno japonés. En 1944, Maeda fue nombrado pintor oficial de la corte de la Agencia de la Casa Imperial y enseñó pintura a la emperatriz Kōjun. Fue profesor en la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio hasta su jubilación en 1959.
Tras los embates a Tokio durante la Segunda Guerra Mundial, Maeda se trasladó a Kamakura, donde vivió a la vista de la estación de Kita-Kamakura desde 1945 hasta su muerte en 1977, a la edad de 92 años.