Suzanne Anker es una bioartista estadounidense cuyo trabajo se caracteriza por fusionar la microbiología y el arte, y trabajar cultivos con diversos materiales en cajas de Petri.
El bioarte es el arte de intervenir la vida. Para crear sus obras, los bioartistas utilizan hongos, bacterias, cultivos de tejidos, ADNs, telarañas, piel, sangre de animales o de sí mismos, plantas, flores o lágrimas.
El también llamado arte transgénico es la corriente artística más joven del arte contemporáneo, su trabajo resulta controversial por incluir materiales orgánicos para crear sus obras desde su aparición en la década de los 90.
Los bioartistas trabajan con aparatos de laboratorio, por ello deben ser conocedores del instrumental y de términos científicos.
Artistas como Amy Karle, Eduardo Kac, Nell Tenhaaf, Edith Medina, Edward Steichen, Joaquín Fargas y George Gessert, entre otros, reflexionan y hacen conciencia sobre la vida como la conocemos en el presente y cómo podría ser en el futuro.
Suzanne Anker nació en Nueva York, Estados Unidos, en 1946. Estudió artes en las universidades de Brooklyn y Colorado.
La autora ha incursionado en escultura, instalación digital y fotografía a gran escala. Con otros científicos, la autora trabaja la intensidad de colores con luz led, como el rosa y el azul.
Anker considera que el bioarte se divide en tres categorías: imaginación cultural, el wetware y el procesamiento informático, entendiendo al wetware como la computación (hardware y/o software) aplicada a la biología.
El trabajo de Anker se ha exhibido en el Museo de Arte de Everson, en la Bienal de Daejeon, Corea; en el Museo de Arte Parrish en Southampton (NY), el Museo Getty, entre otros.
En 2016, la autora trabajó en conjunto con otro bioartista llamado CeSebastián Cocioba, para hacer investigación genética sobre plantas de color azul, y experimentar cómo iluminar plantas de tabaco usando el ADN de un tipo de coral, un trabajo similar al realizado por el brasileño Kac con “Alba” en la década de los 90.
Con una trayectoria de más de 25 años y considerada una de primeras mujeres en el trabajo del bioarte en Norteamérica, Suzanne Anker vive y trabaja en Manhattan.