George Gessert es un bioartista y precursor del bioarte. Su trabajo se basa en mejorar la estética de flores y plantas modificando su estructura genética.
El bioarte es la fusión en ciencia, arte y vida. Es la corriente más joven del arte contemporáneo, no está relacionado con la medicina, solo es un procedimiento artístico
El también llamado arte transgénico resulta controversial porque sus obras invitan a la reflexión de cómo percibimos la vida. En el bioarte están involucrados, además de los artistas, investigadores y científicos
Para crear sus obras, los bioartistas utilizan tejidos de piel, mohos, cultivos de microorganismos, ADNs, plantas, flores, bacterias, hongos, lágrimas y hasta sangre de animales de o de ellos mismos.
El bioartista debe conocedor los procesos biológicos que se llevan a cabo en el laboratorio, así como llevar una relación cercana con los científicos por el uso de laboratorios, instrumental y aparatos científicos.
Artistas como Eduardo Kac, Edward Steichen, Joaquín Fargas, Joe David, Orlan, Gilberto Esparza, Nell Tenhaaf, Stelarc y Edith Medina, entre otros, hacen bioarte en Europa, América Latina y Estados Unidos.
Gessert nació en Milwaukee en 1944. Estudió en las universidades de California y Winsconsin. Inició su carrera en la década de los 70 como grabador y pintor. En los 80 comenzó a trabajar con híbridos de plantas.
A través de hibridación (interacción de átomos para crear orbitales híbridos nuevos), el autor diseñó los pétalos de las flores que cultivaba para demostrar que la estética era un factor importante en la evolución.
Desde entonces analiza la forma estética que ha logrado el humano en las plantas al manipular sus órganos sexuales, en todas las culturas y desde generaciones anteriores.
Los escritos de Gessert han aparecido en publicaciones como Leonardo, Art Papers, Design Issues, Massachusetts Review, Hortus y entre otras. Fue incluido en el Best American Essays en 2007 y ganó el premio Pushcart.
En 2010, Gessert publicó Green Light: Toward an Art of Evolution, impreso por el MIT, un libro sobre bioarte y flores como bellas artes.
El autor considera que las plantas no sufren la manipulación genética por ello son adecuadas para experimentar en lugar de animales.