La poesía de Francisco Brines, ganador del Premio Cervantes 2020

17 de Noviembre de 2020 a las 10:53 hrs.
La poesía de Francisco Brines, ganador del Premio Cervantes 2020. FOTO: Fundación Francisco Brines
La poesía de Francisco Brines, ganador del Premio Cervantes 2020. FOTO: Fundación Francisco Brines

 

La poesía lo vuelve a hacer y se corona con el Premio Cervantes 2020 en la pluma del multipremiado escritor valenciano Francisco Brines.

Quien, de acuerdo a Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española, sus versos se caracterizan por ir “de lo carnal a lo metafísico y espiritual, a la aspiración de la belleza”.

Integrante de la Generación de los 50, Brines es un poeta intimista y entrañable que forma parte de los maestros de la poesía española contemporánea.

Egresado de la Universidad de Valencia, el escritor ha sido reconocido también con el Premio Fastenrath (1998), el Premio Nacional de Letras Españolas (1999) y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2010).

Debutó en el mundo literario en 1959 con el libro Las brasas, con el que obtuvo el Premio Adonais, posteriormente, en 1966, publicó Palabras en la oscuridad, con el que obtuvo el Premio Nacional de la Crítica.

Inspirado en la línea poética de Luis Cernuda, la obra de Francisco Brines se caracteriza por hacer una constante reflexión sobre el paso del tiempo, en donde la infancia aparece como una etapa mítica que desconoce la muerte.

De equilibrio clásico y tono melancólico, entre sus obras se enlistan El santo inocente (1965), Aún no (1971), Insistencias en Luzbel (1977), El otoño de las rosas (1986) y La última costa (1995).

El hombre es la “nada siendo”: Francisco Brines.

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Francisco Brines en dos poemas

"Donde muere la muerte"

Donde muere la muerte,

porque en la vida tiene tan sólo su existencia.

En ese punto oscuro de la nada

que nace en el cerebro,

cuando se acaba el aire que acariciaba el labio,

ahora que la ceniza, como un cielo llagado,

penetra en las costillas con silencio y dolor,

y un pañuelo mojado por las lágrimas se agita

hacia lo negro.

Beso tu carne aún tibia.

Fuera del hospital, como si fuera yo, recogido

en tus brazos,

un niño de pañales mira caer la luz,

sonríe, grita, y ya le hechiza el mundo,

que habrá de abandonarle.

Madre, devuélveme mi beso.

"El otoño de las rosas"

Vives ya en la estación del tiempo rezagado:

lo has llamado el otoño de las rosas.

Aspíralas y enciéndete. Y escucha

cuando el cielo se apague, el silencio del mundo.