Para Yan Pei-Ming, la pintura es una hipótesis, una posibilidad de alternativa, o bien, una visión de la realidad necesariamente empírica e interpretada, es por eso que su pintura tiene su propia verdad pictórica, no es ni verdadera ni falsa.
Yan Pei-Ming ha ganado reconocimiento internacional ante todo por sus retratos, que incluyen representaciones de numerosas personalidades de interés contemporáneo como políticos, actores y papas, haciendo que sus retratos se extiendan tanto a los de su familia como a él mismo.
Nacido el 1o de diciembre de 1960 en Shanghai como el segundo de cuatro hijos en una familia pobre de trabajadores de fábricas, Ming creció durante la Revolución Cultural que transcurrió de 1966 a 1976, aprendiendo pintura en clases de propaganda en la escuela.
En 1974, a los 14 años, creó un "estudio de propaganda" para solicitar su admisión a la Escuela de Arte y Diseño de Shanghai, pero no pasó la prueba oral debido a su problema de tartamudeo, lo que le generó una temor hacia la vida y a la gente, un sentimiento que luego se verían expresados en sus lienzos futuros
En noviembe de 1980, a los 19 años, decidió dejar el lugar que lo vió nacer para emprender el viaje a Francia para inscribirse en la École des Beaux-Arts de Dijon, donde conoció a la artista conceptual francesa Sylvia Bossu, con quien entabló una duradera amistad.
Fuente: Rockbund Art Museum
Tras unos años de estadía en Europa, decidió que trabajaría con retratos, empezando por el del líder comunista chino Mao Zedong, y en 1991, dado el alcance de sus retadores trabajos, presentó su primera exposición individual en el Centro Pompidou de París, lo que le valió reconocimiento internacional.
En 1999, realizó retratos y monumentales pinturas grises en la Bienal de Venecia en 2003, consolidando su posición como uno de los artistas más prometedores de la nueva corriente de pintura china.
Sus retratos épicos, como él mismo define, de Bruce Lee, el Papa Juan Pablo II, Barack Obama, Mona Lisa, su padre y Dominique de Villepin, entonces primer ministro francés, fueron exhibidas a lo largo y a lo ancho de París, recibiendo notables ovaciones en el Grand Palais y otros recintos históricos de la capital francesa.
Su primera exposición individual en los Estados Unidos fue en la Galería David Zwirner en la ciudad de Nueva York, en mayo de 2007, con una gran aceptación de la audiencia. Dos años más tarde, presentó la exposición El funeral de Mona Lisa en el Louvre.
En 2009, el estilo expresivo de Yan Pei-Ming, sus gestos generosos y paleta en gran parte monocromática que tiene sus raíces en la atmósfera de la Revolución Cultural China y su interacción con las tradiciones artísticas de Occidente, finalmente alcancó el éxito en su país, específicamente en Beijing, para luego extenderse al Instituto de Arte de San Francisco, la Bienal de Sevilla, la Bienal de Estambul, la Villa Medici de Roma y más, marcando definitivamente su estatus de artista global.
En una era de reproducción inflacionaria y explotación digital, el arte de Yan expresa la tensión entre las formas convencionales y la relevancia contemporánea, permitiendo así la interpretación tanto a nivel clásico como moderno.
Aunque el artista nacido en Shanghai se define a sí mismo como un pintor europeo, tanto en estilo como en temática, en los últimos años se ha basado cada vez más en su herencia cultural china en combinación con la tradición del retrato occidental.