En la obra de Juliana Alderisi existe la fuerza del gesto y la materia, y se fusiona y mezcla a la perfección con la violencia, la espontaneidad, el automatismo psíquico y la improvisación. De este modo, su gran cuerpo de trabajo se compone de múltiples líneas de fuerza, sentidos divergentes y opuestos focos de tensión.
En su paleta, los colores son generalmente primarios, combinados con negro y blanco, saturados, riqueza cromática y de contraste, mientras las técnicas tienen que ver con el collage, el dibujo, el objeto encontrado, el chorreado, la re-utilización del material, las manchas y la re-significación de la imagen.
Juliana nació en la ciudad de Mendoza, Argentina el 8 de octubre de 1984, y vivió con su familia en la ciudad de San Martín hasta los 18 años. Su madre era paisajista de academia, y fue ella quien la introdujo en la pintura.
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Desde su primer año, las técnicas de pintura, dibujo y cómics la acompañaron hasta que salió de la universidad. En 2004 se traslada a la capital mendocina donde inicia sus estudios como Profesora Universitaria de Artes Visuales en la Universidad Nacional de Cuyo. Durante su etapa de formación universitaria participó en exposiciones colectivas y desarrolló nuevas técnicas y disciplinas como el grabado, la escultura y el libro de artista.
A la par, realizó varios viajes a América Latina, donde destacaron Chile y Bolivia, ya que finalmente influirán en su obra a través del arte de los pueblos indígenas.
La temática describe un mundo de rostros, de carácter narrativo, fragmentos antropomorfos, que evocan al ser humano y a su entorno, privado de identidad individual mientras los estereotipos y las masas se anteponen al ser único e irrepetible. De ese modo, su arte es un lugar donde los paisajes extraños, los espacios sugeridos y una extraña zoología nacida de la imaginación pero evocados en el contexto social cobran vida para cuestionar a la audiencia.
Entre sus propuestas y aportes, el arte de Juliana busca romper con el buen gusto y la normatividad, así como terminar con la idea de la sacralización de la obra de arte y sobre todo con la genialidad del artista.
Hoy, ya establecida como una gran promesa del arte contemporáneo de Argentina, la temática de la obra de Juliana se hunde sus raíces en la vida social de su país, con sus mitos, leyendas populares, tradiciones y costumbres de los habitantes de su tierra natal.
Con un arte muy parecido a un NFT, y con figuras monumentales de concepción escultórica, Alderisi crea testigos de una sociedad agraria que relucen gracias a su sobria serenidad y el gesto meditativo alternan con la rusticidad y el dolor contenido.
En ellas se encuentra sentimiento, reflexión, color y naturaleza.
Al día de hoy, la artista vive y trabaja en Francia.