La vasta colección de trabajo de de Guillermo Kuitca nos lleva a una reflexión sobre el poder de los signos visuales y su influencia evocativa. Para el artista, su pintura es una “noesis” o acto intencional de conocimiento y de juicio, una práctica de interpretación fenoménica y de consciencia del mundo en el sentido husserliano; un acto de percepción del mundo como estructura fenoménica.
Su obra constituye un palimpsesto de signos multirreferenciales que funcionan en un entretejido de sintaxis hiperbólicas que reverberan sobre temas puntuales: el teatro, la arquitectura del apartamento, el plano de ciudades, los mapas, que aunque tratados a través de formas representativas pictóricas tradicionales, son forzados por el artista hacia territorios fenomenológicos, a la manera de una noesis o acto de percepción consciente y de juicio.
Así, Kuitca instaura en su obra la supremacía del mundo como objeto percibido y cognitivo.
Fuente: Museo Nacional de Bellas Artes
Guillermo, nacido en 1961, inició su trayectoria en Buenos Aires siendo muy joven. Comenzó sus estudios de pintura a la edad de nueve años en el taller de Ahuva Szlimowicz y a los 13 realizó su primera exhibición individual en la conocida galería Lirolay, donde vendió la mitad de sus trabajos y abriéndose una variedad de puertas. Muy notoriamente, manifestó su interés por lo dramático, incluyendo temas como la tragedia, el sadismo familiar, la locura, las huellas de las grandes guerras y aquellas de las batallas privadas.
A principios de la década de la década de 1980, su interés por el teatro lo llevó a explorar nuevas fronteras, iniciando incluso colaboración con artistas de la talla de Carlos Ianni, llevando a cabo performances y puestas en escenas vinculadas con sus pinturas, lo que más tarde se convertiría en su sello distintivo.
A partir de entonces, las más sobresalientes de sus series las conformaron las escenas teatrales, los mapas, los planos arquitectónicos, y el dibujo técnico que se expande en infinitas variaciones.
En algunas de sus más brillantes series recientes, Kuitca ha trasladado la idea del espacio público/privado al ámbito de una serie de lugares de concentración masiva que representa como planos arquitectónicos pintados.
Guillermo se ha vuelto un artista que sigue evolucionando y que tiene frente a sí un amplio panorama de caminos por los qué explorar una práctica pictórica que está muy lejos del agotamiento.
Desde su participación en la Bienal de São Paulo en 1989 y en la Documenta de Kassel en 1992, Kuitca ha expuesto en los más destacados espacios de arte internacionales como la Whitechapel Art Gallery de Londres (1994-1995), la Fondation Cartier de París (2000), el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid (2003), el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (2003) y el Hirshhorn Museum de Washington (2010).
Su obra está presente en colecciones como el Fonds National d’Art Contemporain de París, el MoMA de Nueva York, la Fundación ”la Caixa” de Barcelona, el Stedelijk Museum de Ámsterdam, la Tate Gallery de Londres, y el MACBA de Barcelona, entre otros.