Gary Hill es un artista pionero en videoinstalaciones que mezclan imágenes, textos, sonidos, música y performance para dar una experiencia de desorientación.
En la década de los 60, en Estados Unidos, nació el videoarte como la manipulación de imágenes y sonidos para expresar una idea. Esta corriente se gestó a partir de la fabricación de las primeras cámaras de video portátil a bajo costo y de fácil manejo.
Videoartistas de todo el mundo encontraron en esta nueva corriente una forma de crear sin los parámetros establecidos del cine o la televisión.
Vico Acconci, Douglas Gordon, Bill Viola, Tony Oursler, Valie Export, Nam June Paik, Joan Jonas, Pipilotti Rist, Dan Graham, Marina Abramovic, Wolf Vostell, Ira Schneider y Peter Campus, son algunos representantes del videoarte en Estados Unidos, América Latina, Europa y Asia.
Gary Hill nació en 1951 en California, Estados Unidos. Desde la década de los 70 incursionó en la videoinstalación la cual considera debe envolver de manera integral al espectador, física y emocionalmente.
En sus trabajos, Hill conjuga la palabra escrita, el lenguaje corporal, el sonido, la imagen y la tecnología.
En la pieza Writing Corpora, el autor utiliza la tecnología Kinect, videoconsola para mejorar la experiencia de juego de los usuarios de Xbox, para expresarse e interactuar con el público.
La idea de utilizar poesía y música en sus performances e instalaciones le vino de varios autores como Charles Stein, George Quasha y Gregory Bateson, y de músicos como el compositor estadounidense La Monte Young.
En su obra Incidence of Catastrophe utilizó preceptos filosóficos del escritor francés Maurice Blanchot y del teórico alemán Martin Heidegger.
En Suspension of Disbelief (for Marine), Hill utiliza 30 monitores para desfragmentar al cuerpo humano en imágenes. En este tipo de piezas, donde la tecnología juega un papel principal, el autor pide al espectador esforzarse por entender qué sucede y por qué ante imágenes borrosas, incompletas y fragmentadas.
Hill ganó el León de Oro en la Bienal de Venecia en 2017.
Actualmente, Gary Hill vive y trabaja en Seattle, Estados Unidos.
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