La pintora española Consuelo Hernández “compone” sus obras tras una selección muy personal de elementos de la realidad en la que intervienen sentimientos y emociones. Y, como consecuencia, su interior, su espíritu, queda plasmado en ellas.
Nacida en 1950, Consuelo es una representativa pintora española figurativa en la línea del realismo, considerada entre los más destacados artistas plásticos españoles contemporáneos.
Vuelta hoy día una artista con gran relevancia internacional, su obra cae dentro del denominado “realismo madrileño” y “realismo poético”.
La temática de su obra pictórica se centra en personas, seres y objetos de su entorno cotidiano, así como en mundos que, partiendo de la realidad, son creación de la artista.
Con una sólida formación en los campos del Arte y de la Literatura, desde su infancia y adolescencia alterna los estudios de Bachillerato y de Dibujo y Pintura.
A los 14 años, la joven adolescente se recreaba pintando del natural los atardeceres de las misteriosas calles medievales de Cáceres, ciudad en la que realizó los estudios de Bachillerato.
Y a los 17 años, comenzó sus estudios universitarios en la Universidad de Salamanca que continuó compatibilizando con los estudios artísticos, consiguiendo a los 22 años la licenciatura en Filología Románica y pocos años después la cátedra de Lengua y Literatura.
Sus inicios en la pintura siguieron el modelo impresionista, línea que la artista fue dejando atrás hasta la inmersión plena en el mundo del realismo, al que se ha mantenido fiel a lo largo de los últimos treinta años.
Como parte de su conformación estilística, cabe señalar que Hernández alcanza su primera madurez en la práctica de un paisaje independiente, desafiante, que, a pesar de la aparente fuerza de su verismo, lo que realmente busca son los dones de la invención imaginativa.
Con una extensa trayectoria de exposiciones, su obra se ha exhibido en ferias internacionales de arte, en Chicago, Hong Kong, Singapur, París, La Haya, Madrid, y en festivales internacionales.
El empuje que tiene la obra de Consuelo en el campo interpretativo tiene su origen en varios aspectos básicos desarrollados dentro de la misma, definidos por una buena construcción arquitectónica bajo el control de una perspectiva ocular, en la que también están presentes el movimiento, la luz y el color como ingredientes esenciales