Abraham Lacalle, nacido en Almería en 1962, es uno de los principales representantes de la pintura española contemporánea.
Con pinturas que esconden referencias a grandes maestros como Duchamp, Picasso, Mondrian o Philip Guston, utiliza una subjetividad especial en el tratamiento del color.
A su vez, compuesta por una selección de obras de sus últimos trabajos en gran y pequeño formato, lienzo y papel, en su trabajo hay referencias irónicas y sarcásticas, así como a los grandes movimientos artísticos y literarios del siglo XX con un sentido crítico social ácido.
Fuente: Galería Marlborough
A lo largo de su trayectoria, el gran artista español ha intentado de manera recurrente transformar sus vivencias y experiencias en pintura.
Su proceso comienza con acuarelas, tintas y dibujo, que tras un largo proceso reflexivo, van tomando forma en lienzos y papeles.
A todo eso, le sigue un largo proceso de correcciones, adiciones y sustracciones que va midiendo el ritmo de trabajo.
“Estoy intentando llevar la pintura a una situación extrema, saturada, donde la figuración está brutalmente sobredimensionada. El color y las formas se amontonan. No son nada, pero tienen algo de energía sexual. Radicalmente diferenciados, formas y colores, se funden en un solo elemento, que es el cuadro”.
Con eso en mente, es claro que el color es otro de sus elementos más reconocibles, y es que su obsesión por el color viene de lejos; antes sus cuadros dependían más del dibujo, pero ahora con el color cuenta muchas más cosas, y cada vez más construye las formas con masas de color.
De este modo, su arte se vuelven reflejos de viajes e imágenes guardadas en su retina a los largo de la vida.
Así mismo, con múltiples referencias a la historia de la literatura como gran amante de las letras, el tema del paisaje ha sido algo muy recurrente a lo largo de su trayectoria.
Para entender su trabajo, de acuerdo a él mismo, es importante considerar cobras como “El corazón de las tinieblas”, de Joseph Conrad, un viaje al centro del bosque donde uno encuentra el lado más brutal y primitivo del hombre, o “La carretera”, de Cormac McCarthy como influencias literarias que recuerdan al artista sensaciones ya vividas.
“Parece contradictorio, pero a veces el bosque se convierte en ciudad. La soledad del bosque hace que paradójicamente sea muy fácil observarte y vigilarte, porque si tú te escondes el otro se esconde también”, explica Lacalle.
“Los bosques siempre me han fascinado, dedico mucho tiempo a pasear por el campo. Las sensaciones que te va generando un paisaje, todo el relato de pensamiento que tienes en un paseo de tres horas y como va tu cabeza interiorizando todo es algo único y algo muy personal”, comenta el artista.
A través de los años, el pintor ha expuesto en ARCO, a través de diferentes galerías, y desde 1987 ha colaborado durante años con la Galería Malborough.
Su trabajo también se ha podido ver en diferentes exposiciones en importantes museos y galerías tanto nacionales e internacionales como la Nova Invaliden Galerie, de Berlín, Alemania, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma de Mallorca, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, entre muchas otras.