Siempre resulta en una bocanada de aire fresco el poder encontrarse con mujeres artistas que están rompiendo el molde de la escena contemporánea.
Ya sea a través de la instalación, el performance o en la pintura, hay una gran cantidad de talento femenino expresándose a través de los años.
En este particular caso, nos adentramos al arte de Danae Brissonnet y Magali Chouinard, que con marionetas, máscaras y pintura, se están abriendo un firme camino en el arte contemporáneo.
Magali Chouinard
Es artista multidisciplinar y creadora de La mujer blanca; un performance silencioso, lento y deliberado, alejándose de una narrativa lineal.
Con su práctica que empezó en 2008, la artista disciplinaria combina su práctica en artes visuales con el lenguaje marionético y cinematográfico con el fin de profundizar su indagación sobre la presencia, el movimiento y la interioridad por medio de la representación del cuerpo y sus múltiples esencias, dando vida a una actuación poética, visual y sin palabras.
Examinando la estrecha relación entre el actor, el objeto y el espectador, el espectáculo se centra en un personaje que vive en un mundo lleno de títeres, imágenes y alegorías.
En su obra, y más específicamente en La mujer blanca, los tonos en blanco y negro inspiran capas de significado.
Magali se ha presentado en diferentes festivales a nivel mundial; enseñando artes y escenografía por más de 25 años, Magali ahora se enfoca en títeres, construcción, manipulación e iniciación. Utiliza la poesía de las imágenes y los títeres para representar una experiencia humana multifacética.
Como artista famosa, Magali dirige una clase sobre cómo dar vida y carácter a un títere, cómo representar sentimientos y cómo hacer que un títere respire.
Desde su inicio en el mundo del arte, es una apasionada de hablar sobre sus influencias y su proceso creativo, guiando a los participantes a través de un taller lúdico sobre la manipulación de títeres.
Al crear deliberadamente confusión en sus obras, lleva al espectador a abandonar el razonamiento narrativo, invitándolo a verse a sí mismo como un poema, dejándose llevar por el ritmo contemplativo de las imágenes metafóricas y por las emociones que hacen vibrar nuestro fuero interior.
Danaé Brissonnet
Por el otro lado tenemos a Danaé, una artista internacional de Quebec, Canadá, que se especializa en murales públicos, ilustración, creación de máscaras y títeres. Su obra más reciente, colorida, fantástica e inspirada en el folk.
Desde que arrancó su carrera, Danaeé se encuentra dispersa por México, Puerto Rico a Marruecos, así como en India y España.
Creando mundos imaginarios para el espectador, su trabajo invita a una consideración más profunda del poder del simbolismo, el mito y la metáfora.
De alguna forma, el arte de Brissonnet impone conexiones entre su trabajo, ella misma y el público al que se dirige.
Lo más importante es que su proceso se trata de involucrarse en comunidades donde puede contar historias de pueblos, su tierra y su cultura.
Dondequiera que Brissonnet esté creando, es probable que haya un taller donde pueda compartir su experiencia, y es que, al final de todo, la artista busca lugares donde el arte no es accesible y encuentra importancia en trabajar con niños para inspirarlos a pintar sus historias con cualquier material que tengan.
El trabajo profesional de Brissonnet es lo que le permite viajar a estas zonas de conflicto y comunidades rurales.
Dejando un rastro colorido, su arte tiene una sensación de accesibilidad a medida que traduce visualmente su historia y la de los demás.
De este modo, el trabajo de Brissonnet existe como una huella de cambio e inspiración para los lugares que siente que más lo necesitan.