Mujeres han coleccionado obras de arte y servido como un pilar vital en el apoyo de la creación artística desde hace muchos años, sin embargo, con frecuencia sus nombre son olvidados en la historia del arte.
Este es el caso de Gertrude Stein y Peggy Guggenheim, que en el transcurso de 10 años, entre 1929 y 1939, se unieron a Grace Nail Johnson y Florine Stettheimer para establecer galerías y salones influyentes que fomentaron el arte de vanguardia y la exposición de algunos de los artistas más importantes de la escena, ayudando a establecer en Nueva York cuatro de los museos más emblemáticos de la ciudad.
Es por esto, y debido a que su trabajo y colaboración al arte ejemplifica más que cualquier otra cosa el trama de la escena artística histórica de un Nueva York, que a continuación destacamos los gustos radicales y las contribuciones esenciales de dos de las mujeres que dieron forma al mundo del arte neoyorquino que hoy tanto añoramos: Gertrude Stein y Peggy Guggenheim
Gertrude Stein
Gertrude Stein era amiga de todos los grandes maestros de la pintura del siglo XX.
Nacida el 3 de febrero de 1874 en el estado de Pensilvania, Estados Unidos, Gertrude era la menor de cinco hermanos.
Cuando ella tenía un año, su padre abandonó el negocio de ropa familiar y se mudó con su esposa e sus hijos a Viena y luego a a París con el fin de que de que ella y sus cinco hermanos mayores absorberían el arte y la cultura del continente.
La familia regresó a los Estados Unidos en 1879, pero después de un paso errante por sus años escolares, ella se mudó con su hermano a Londres y luego París en 1903, donde pronto vivirían el estallido de la vanguardia parisina y de todos los artistas que la conformaban.
Cerca de sus 30 años, Gertrude comenzó su colosal colección a lado de su hermano, donde presmuían trabajos de Gauguin, Cézanne, Picasso y Matisse. Más tarde fueron adquiriendo obras de Renoir.
Dichas colecciones fueron llamando la atención de los talentos de la época, entre ellos Ernest Hemingway y F. Scott Fitzgerald, quienes asistían regularmente al departamento de los hermanos Stein, junto a otros escritores y artistas de la época. Dada la naturaleza de los eventos, el lugar como el Salón Stein.
Con el paso de los años, Gertrude se fue separando poco a poco de su hermano, reafirmandos sus gustos y preferencias artísticas: ella prefería a Picasso, él a Matisse.
Debido a su arte y sus formas pioneras dentro del arte, Gertrude Stein fue sin duda la mayor embajador del arte moderno, contribuyendo en gran medida a la difusión del cubismo, definiéndola como un monumento de la vanguardia europea.
Peggy Guggenheim
La figura legendaria del arte moderno, Peggy Guggenheim ha dejado un importante legado en el mundo del arte, muentras su influencia se extiende a Europa, donde estableció su colección en el Palazzo dei Leoni de Venecia.
Peggy era conocida en los círculos artísticos bohemios por sus gustos excéntricos.
Nacida el 26 de agosto de 1898 en Nueva York como hija de una familia con una fortuna minera del siglo XIX a su nombre, y sobrina de Solomon R. Guggenheim, comenzó a viajar por todo el mundo y a comprar arte cuando tenía poco más de veinte años.
Tras cruzar el Atlántico para instalarse en Europa, abrió su primera galería, Guggenheim Jeune, en Londres en 1938, donde expuso una obra de Constantin Brancusi.
Durante estos años continuó forjando sus salones y diversas galerías para presumir sus compras y a la vez invitar nuevos talentos del gremio, donde se codeó con artistas como el maestro dadaísta Marcel Duchamp y el novelista Djuna Barnes a principios de la década de 1920 en París.
Más tarde, después de mudarse a Londres, desarrolló una pasión por el arte de Salvador Dalí, Georges Braque, Piet Mondrian y Francis Picabia, a quien agregó a su colección a un ritmo vertiginoso.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, regresó a los Estados Unidos para llevar su vasta colección de arte de vanguardia la que trajo apresuradamente a Nueva York con ayuda de su amante, el artista Max Ernst.
En 1942, insatisfecha con los museos que vió en su regreso, decidió abrir su propio museo-galería, uno que mostraría el arte de este siglo y se demostrara comprometido con mostrar mujeres artistas.
El resultado fue la galería Art of the Century, un recinto cultural con facetas de su colección permanente, además de piezas de arte de artistas experimentales de los movimientos surrealista, dadaísta y cubista, un lugar donde Jackson Pollock tuvo su primera exposición individual en 1943.
A su vez, fue una de las primeras galeristas en exhibir el trabajo de Leonora Carrington, Frida Kahlo y Louise Bourgeois, montando dos exposiciones colectivas a gran escala y 12 presentaciones individuales de trabajos de mujeres.
Si bien Guggenheim cerró Art of this Century en 1947, estableció un modelo para las galerías comerciales y las instituciones de arte interesadas en el arte experimental a lo largo de sus cinco años de existencia.
Más tarde, llevó su colección icónica de regreso a Europa, donde abrió la Colección Peggy Guggenheim, un espacio de exhibición pública ubicado en un palazzo veneciano del siglo XVIII. Allí, vivió sus días en compañía de 14 perros hasta que murió el 23 de diciembre de 1979.
En sus memorias reveladoras Out of This Century de 1979, publicadas después de su muerte, escribió: "Mi lema era 'compra una foto al día', y lo cumplí".