El escritor japonés Kenzaburo Oé, galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1994, murió a los 88 años en Tokio.
El anuncio lo hizo este lunes su editorial nipona, Kodansha, pero resulta que este falleció el 3 de marzo, es decir, hace 10 días, pero, por motivos que aún no se han dado ha conocer, su deceso no se había hecho público hasta ahora.
Autor de novelas, ensayos y cuentos cortos que retrataron al oscuro Japón de la posguerra, Oé -cuyo estilo era calificado como "realismo grotesco"-, se convirtió hace casi tres décadas atrás en el segundo japonés que ganó el Nobel de Literatura, tras serle concedido en 1968 a su compatriota Yasunari Kawabata.
Heredero de la tradición simbólica de la literatura japonesa, centrado en diseccionar los recovecos de la individualidad y las contradicciones de los sentimientos y pensamientos del hombre, Oé encabezó la tendencia filosófica de la novelística de su país que sucedió en los años sesenta a la generación narrativa de Yukio Mishima.
Oé recibiendo el Premio Nobel de Literatura en 1994. Foto: The New York Times
Cabe subrayar que en las obras de Oé se advirtió una marcada influencia de autores occidentales como Dante, Francois Rabelais, Honoré de Balzac, T.S. Eliot y Jean-Paul Sartre. En su literatura también se percibe la presencia del poeta inglés William Blake en su valoración del sentido metafísico de la vida y la dualidad de la lucha entre el bien y el mal que se refleja en la existencia del hombre.
El acontecimiento que marcó (y de qué forma) su carrera literaria, la del joven Oé, fue el de contemplar al emperador Hirohito descender ante el pueblo y hablar con voz humana.
Kenzaburo Oé nació el 31 de enero de 1935 en la isla de Shikoku, situada al suroeste del archipiélago japonés, hijo de una familia de latifundistas que perdió gran parte de su fortuna tras la ocupación aliada. De 1954 a 1959 estudió en la Universidad de Tokio, donde se especializó en literatura francesa. En dicha época escribió una tesis sobre Sartre y se convirtió en miembro activo de los movimientos radicales de izquierda.
Tiempo después, al viajar por China, Europa, Australia y Estados Unidos, manifestó su oposición a las armas nucleares y encontró su lugar en la tradición literaria occidental de tipo modernista.
La tendencia a resaltar los rasgos individuales en su obra se agudizó a partir de los años 60, cuando reflejó su experiencia de tener un hijo con una lesión cerebral en Una cuestión personal.
Ganadora en 1964 del Premio Shincho, en esta obra el protagonista reacciona embriagándose ante el nacimiento de un hijo deforme. Al ser despedido de su empleo por borracho, toma una amante y planea con ella la eliminación del bebé, pero finalmente cambia de parecer y asume las responsabilidades paternas.
En la vida real, Hikari, hijo primogénito de Oe, aunque nunca sobrepasó el nivel mental de la niñez en su capacidad de hablar y leer, ha mostrado un gran talento musical y sus composiciones han sido grabadas, logrando vender millones de álbumes.
A pesar de no ser tan conocido en Occidente, Oé fue merecedor de los más altos galardones de la literatura de su país, entre los que se encontraron el Premio Akutagawa, obtenido en 1958 al inicio de su carrera literaria por Shiiku, y el Premio Tanizaki, que ganó en 1967 por El juego del siglo.