Viviendo como un artista que pinta falsificaciones para la mafia durante el día, pero que opera como asesino a sueldo por la noche, Benkei le da a todo su característica atención al detalle y seco sentido del humor.
Aunque solo cuenta con un volumen, Benkei en Nueva York combina a la perfección el sentimiento de una novela policiaca de la vieja escuela y la estética de un manga de gran calidad, rebosante de ilustraciones atmosféricamente sombrías.
Contado como una serie de viñetas breves, el personaje principal, Benkei, tiene la tarea de realizar un éxito diferente en cada capítulo.
Sus trabajos sucios lo llevan a lugares icónicos de la ciudad de Nueva York como Central Park o el Museo de Historia Natural. A lo largo de sus viajes, Benkei nunca deja de entregar una muerte despiadada o una copia impecable de una obra maestra artística para sus clientes dispersos por el bajo mundo neoyorkino.
Todo lo que este personaje deja atrás es un rastro de sangre y un poco de cinismo que podría confundirse con una acción poética.
Benkei en Nueva York es una carta de amor al cine negro estadounidense, que tuvo una época dorada entre 1940 y 1960. Al igual que el manga, el género del cine negro muestra el mundo como un lugar donde los perros comen perros, con traición, muerte y tratos sucios desde todos los ángulos.
Este manga incluye todo esto y más, presentando los mismos arquetipos duros como mujeres fatales listas para llevar a sus amantes a la perdición, además de hombres vestidos con gabardinas listos para resolver cualquier obstáculo con sus puños mezclados con crack.
La dirección de arte de Benkei se inspira en el uso del cine de sombras, ritmo, paneles angulares extremos y una dosis constante de violencia que le brinda una experiencia de lectura que se desarrolla casi como su película favorita.
Benkei destaca como manga pues se centra en la historia de en asesino a sueldo y debido a su mezcla de oriente y occidente que se siente tanto en su diálogo y arte, además de una falta total de esfuerzo para hacer de Benkei un tipo redimible, que es exactamente por qué es tan encantador.