Alexander Milov es un artista ucraniano cuyo trabajo deambula entre la escultura y la dirección de cine. Milov enfatiza en la jerarquía de valores de la sociedad en contraste con el yo interior de uno a través de su elección de caracterización en sus figuras.
Nacido el 1 de abril de 1979 en Odessa, Milov comenzó sus primeras exploraciones artísticas al pintar un mural en la biblioteca familiar y en las paredes de sus vecinos. Desde ese momento se dio cuenta no solo de su capacidad, sino de las de sus obras para adquirir características monumentales.
Cuando estaba estudiando la universidad en 1986, el cine se atravesó en su caminó, por lo que debutó como director de fotografía y artista de cine en dos cortometrajes: Roboment, parodia de la película Robocop, y Simply Marpha, secuela de una serie de televisión Los ricos también lloran. A la par de estos proyectos, Alexander estudió dibujo en Odessa Film Studio y ahí comenzó a escribir poesía, a estudiar literatura, y practicar deportes extremos. Además, Ingresó en el Odessa Grekov State Art College en la facultad de Decoración de Arte.
Más tarde, en 1999, tomó el curso de Actuación en el Liceo Teatral de Odessa. Fundó y dirigió el movimiento de arte callejero local y participó en los concursos de la ciudad Graffity, donde ganó la beca presidencial y una licencia oficial para hacer arte callejero en todas las vallas de la ciudad.
A partir de entonces, gozando de popularidad local y sus primeras presencias internacionales, fundó el estudio de gráficos 3D y animación Catapulta y realizó el rodaje de algunos dibujos animados; dirigió y escribió guiones para algunos proyectos de televisión. Durante un tiempo trabajó como camarógrafo, filmó conciertos de artistas en gira para Radio Feel. Por otro lado, en su propia organización creativa TAKOE, filmó algunos videos y animaciones publicitarias para las empresas TandD y TOYOTA . Participó en el festival ucraniano-japonés de arte contemporáneo en Odessa y en la exposición en Museo de Arte Contemporáneo de Kiev.
Durante estos años, el artista continuó explotando sus capacidades sin dejar de lado los monumentos que fueron los que inicialmente le dieron pie para adentrarse al mundo del arte. De esta manera, fue invitado por el festival Burning Man para llevar a cabo una escultura que luciera en el evento; el resultado le dio la proyección global que hoy nos tiene disfrutando su arte.
Para ello, realizó su pieza más emblemática: Love.
En Love, dos adultos se sientan espalda con espalda con los hombros caídos por la angustia y el desánimo, mientras dos infantes se comunican entre sí al estar dentro de los "adultos". Construidos con barras de refuerzo, un producto del mundo industrial, los dos adultos representan la naturaleza solitaria e independiente adquirida en la edad adulta.
Mientras las jaulas refuerzan la idea de restricción y opresión, Milov comunica que nuestra sociedad actual ha creado una jaula para nuestro interior, una jaula de nuestros valores que han restringido nuestras vidas y agobiado nuestros espíritus.
Podemos interpretar que los valores clave que nos limitan son la independencia, el éxito y el prestigio. Estos valores se combinan de una manera que ha creado una sociedad que valora la independencia de los demás en todo momento, y el éxito y el prestigio según los estándares de la sociedad por encima de los estándares propios.
El deseo de esta independencia contradice nuestra necesidad natural de compañía en nuestros momentos de angustia, como lo simbolizan los niños interiores encerrados dentro de los dos adultos con estructura de alambre.
Los niños brillan y son transparentes, de pie, erguidos y uno frente al otro, tocándose las manos a través del marco de metal como signo de unidad. La transparencia de los niños ilustra con qué facilidad se puede influir en el individualismo.
El componente clave de los niños es su brillo, ya que la iluminación representa la pureza y sinceridad innata en todo ser humano que la sociedad trata de enjaular. En momentos de angustia buscamos en los demás para que nos proporcionen pureza y sinceridad, para unirnos.
Milov dijo de su escultura:
Demuestra un conflicto entre un hombre y una mujer, así como la expresión externa e interna de la naturaleza humana. Su interior está ejecutado en forma de niños transparentes, que extienden sus manos a través de la rejilla. A medida que oscurece y cae la noche, los niños comienzan a brillar. Este brillo es un símbolo de pureza y sinceridad que une a las personas y brinda la oportunidad de reconciliarse cuando llega el momento oscuro.
Hasta la fecha, y dividiendo su tiempo entre Ucrania y Estados Unidos, Alexander sigue produciendo sus proyectos de mucha personalidad y gran presencia. Uno de estos es Escucha al mundo con tu corazón, realizado para el festival Vivid, en Sidney, Australia en 2020.
Puedes ver más sobre la obra de Alexander Milov a través de su Instagram o en su página web.