La obra del argentino Alejandro Pasquale es magia pura que busca volver a conectar al hombre con la naturaleza.
A través de bellísimas pinturas y dibujos, este artista de tan solo 39 años busca que el espectador se conecte de una forma diferente con lo que lo rodea y que casi siempre deja a un lado por estar inmerso en el mundo digital.
El objetivo de Pasquale con sus creaciones es recordarnos que somos una parte de la gran red de seres vivos que habitan esta tierra y precisamente de ahí surge una inmensa y poderosísima magia que podemos apreciar si es que decidimos tomarnos el tiempo para hacerlo.
Te invitamos a conocerla un poco mejor a través de Bio Fahrenheit y una serie de preguntas que le hicimos.
¿Estudiaste arte o eres autodidacta?
Estudié de forma autodidacta.
Describe tu profesión en una frase.
No es ni más ni menos que un trabajo con todos sus matices, al cual amo. Solo que el estado aún no lo considera un trabajo como tal, pero de igual forma exige con la misma vara que a un empresario.
¿Cuál fue la primera obra que te marcó para iniciar tu camino en el arte?
Mi vida y la necesidad de compartir pensamientos y sentimientos en forma de no letras, ni palabras.
Lugar de inspiración o reflexión.
La naturaleza, siempre.
¿Cuál es tu punto de encuentro favorito con los amigos?
El río.
¿Cuál fue tu primera obra?
La primera pieza es un dibujo hecho a bolígrafo que supongo ya no existirá más.
Tres creadores que admiras.
Remedios Varo, Claude Debussy y Fernando Pessoa.
¿Qué significa para ti crear?
Hablar, expresar, manifestar, militar, luchar.
¿Qué es lo que más importante en tu día a día?
Vivir.
En tres palabras, ¿cómo te describen tus cercanos?
Habría que preguntarles.
Algo que quieras agregar.
Recuérdense animales, recuérdense naturaleza, es la única forma de desaprender la separación que generó el propio humano con el resto de los seres vivos. Intenten estar siempre del lado de la mano que ayuda a curar, nunca del lado de la mano que lastima. No podemos esperar un cambio real si no tomamos las riendas de nuestras propias acciones, de lo que decimos, sentimos, de lo que nos alimentamos tanto física como espiritualmente. Por favor, basta de matar animales, basta de matar al planeta tierra.