Usado simbólicamente para representar la oscuridad y el luto, el negro fue uno de los primeros colores utilizados por los artistas en las pinturas rupestres neolíticas.
Resultado de la ausencia o absorción completa de la luz visible, este color es el más utilizado para imprimir libros, periódicos y documentos, ya que es el de mayor contraste con el blanco del papel.
En el siglo XIV, el color negro comenzó a ser usado entre la realeza, el clero, los jueces y funcionarios del gobierno de gran parte de Europa.
En el imperio Romano, se convirtió en el color del luto.
Durante el siglo XIX, el negro fue un color muy usado entre los poetas románticos ingleses, los estadistas y los hombres de negocios.
En el siglo XX, este color estuvo ligado a la alta cultura.
Conforme han transcurrido los siglos, este color se ha asociado con la magia, el mal y la muerte.
El negro fue uno de los colores más utilizados por los artistas griegos, en el siglo VI a.C. realizaban alfarería de figuras negras.
Durante el siglo XIX el color negro tomó fuerza en el arte, James McNeil Whistler convirtió este color en el tema de su obra más famosa, Arrangement in gray and black number one (1871).
Édouard Manet recurrió a los negros por su fuerza y efecto dramático.
Renoir también usó este color, especialmente en sus retratos.
Van Gogh utilizó el negro para delinear muchos de los objetos de sus pinturas.
Kasimir Malévich fue otro de los grandes artistas que le dio protagonismo a este color en sus obras.
En la década de 1950, el negro se identificó como un símbolo de individualidad y rebelión intelectual y sociales.
A finales del siglo XX, el negro se convirtió el color emblemático de la moda punk.
En la moda, es un color que hasta la fecha se relaciona con elegancia, sobriedad y es de los favoritos en todo tipo de prendas.