Para Hyon Gyon, el arte se trata principalmente de despertar emociones, de transformar su energía y la de sus espectadores en cuadros feroces que esconden vivas emociones debajo de la superficie.
Nacida el 16 de junio de 1979 en Corea del Sur, la joven artista obtuvo su licenciatura en pintura occidental de la Universidad de Mokwon en su país natal, aunque después de ver el crecimiento que le esparaba fuera de su tierra, se mudó a Japón donde permaneció durante nueve años.
Hyon con su obra Nobody cares about your misery, 2018. Fuente: Ian Moon Studio | Elephant Art.
Después de este tiempo, Hyon Gyon se mudó a la ciudad de Nueva York en 2013 y comenzó su residencia indefinida, con el apoyo de Shin Gallery, Residencies Unlimited y Pioneer Works.
Con este cambio en el entorno, su práctica y método fueron evolucionando radicalmente, transformando su enfoque en uno guiado por imágenes más abstractas e intuitivas.
Desde entonces, las emociones privadas de la pintora han sido los protagonistas principales de obras que estallan como chispas.
Y es que, al incorporar materiales variados como telas tradicionales coreanas, espuma, pintura en aerosol, objetos encontrados, pan de oro, encáustica y cabello, el trabajo de Hyon se ha ido abriendo camino a través de sus referencias al chamanismo coreano, un conjunto de prácticas indígenas en las que los intercesores median entre dioses y seres humanos, lo que le ha otorgado una imagen distintiva dentro del gremio.
En algunas partes de sus lienzos, la pintura se empuja enfáticamente y se deja secar en grumos grandes y carnosos; en otros, se representa cuidadosamente en imágenes de espíritus, monstruos, íconos de la cultura pop y cabello humano.
Por medio de sus propias palabras, la realización de sus pinturas a gran escala y a menudo caóticas, hoy exhibidas en instituciones como el Museo de Kioto, el de Arte Contemporáneo de Tokio, el Museo de Brooklyn, y el Museo de Arte Asiático, en San Francisco, son una forma de expresar su "ira y emociones negativas y simplemente dejarlas ir".
Si bien las obras de arte de Hyon Gyon pueden aterrorizar al principio, la artista surcoreana insiste en que todo se trata de interpretación.
The Boy Named Her Oracle, 2018. Fuente: Konrad Zarebski
Actualmente, la abstracción condicionada por la que optó Hyon la tiene explorando y experimentando nuevas formas de expandir su práctica: videos y diversos medios de pintura, lo que permite que la ciudad se impresione en ella a través de sus texturas y superficies.
Con respecto al reflejo de sus pinturas, la misma artista ha declarado:
No siempre es mi intención directa incluir aspectos de mi vida personal en mis pinturas, pero al vivir como un ser humano, una hija, un artista, un híbrido de figuras, creo que los sentimientos que obtengo al vivir mi vida son a la vez intensamente privados y intensamente universal al mismo tiempo.