Hoy día, es fácil enumerar una serie de directoras respetadas y conocidas en el cine global; considere a Greta Gerwig, Olivia Wilde y Ava DuVernay, por nombrar algunas. Pero no hace mucho tiempo que Hollywood y la industria, en general, era un club de chicos.
La verdad es que desde existe el arte de la películas han habido mujeres haciéndolas. Cuando los hermanos Lumière sorprendieron al público con su increíble representación de un tren en marcha, Alice Guy-Blaché fue pionera en sus propias técnicas en la nueva forma de arte. Cuando D.W. Griffith fue pionero en los avances en el arte, y al construir su propio estudio para hacer su trabajo, Lois Weber hacía exactamente lo mismo.
Cuando Hollywood estaba en lo más profundo de su Edad de Oro, Dorothy Arzner, Dorothy Davenport, Tressie Souders y muchas otras mujeres más estaban allí haciendo sus propias películas. Ni siquiera es una tendencia que realmente disminuyó, porque nunca fue una tendencia. Durante mucho tiempo, el hecho de que las mujeres fueran cineastas fue simplemente parte de la norma, y aunque estudios recientes han dejado en claro que la industria necesita una llamada de atención cuando se trata de las menciones y el pago equitativo, se siguen dando grandes pasos.
Para celebrar el trabajo de los creadores que han y siguen dejado su huella en la cultura cinematográfica desde sus inicios, hacemos una lista de directoras que definitivamente no te puedes perder.
En nuestra galería puedes conocer el nombre de otras cineastas a descubrir.
Lina Wertmüller
Con su mezcla característica de humor retorcido, erotismo salvaje y críticas incendiarias de la sociedad italiana, Lina Wertmüller se estableció como una de las figuras más comentadas del cine mundial de la década de 1970.
No solo fue aclamada por la crítica --siendo llamada por la revista New York la como "la directora de cine más importante desde Ingmar Bergman"-- y gozó del éxito en la taquilla, también se convirtió en una de las mujeres favoritas de la industria, tanto que, en 1977, su controvertida película Seven Beauties sobre la Segunda Guerra Mundial le valió la distinción de ser la primera mujer nominada a un premio de la Academia como mejor directora.
A través de los años, y ahora tras su triste fallecimiento, sus polémicas farsas, incluidos otros éxitos como Swept Away, The Seduction of Mimi y Love and Anarchy, continúan causando un impacto en el corazón.
Wertmüller en el set of Seven Beauties. Fuente: Kino Lorber | Criterion
Julie Dash
Julie es una de las líderes del movimiento LA Rebellion que surgió de la escuela de cine de UCLA en la década de 1970.
Irrumpió en la escena cinematográfica cuando estrenó Daughters of the Dust en el Festival de Cine de Sundance de 1991, ganando el premio de cinematografía y recibiendo una nominación para el Gran Premio del Jurado. Más tarde, se convertiría en la primera película de una mujer afroamericana en recibir un estreno teatral amplio.
No obstante, tras algunos años, la película ha caído en una relativa oscuridad a pesar de su poética narrativa y su distintivo estilo de narración visual. Al día de hoy, sigue siendo una de las pocas películas de mujeres negras que ha logrado llegar a un público más amplio en los últimos 25 años.
Su trabajo, uno dedicado a la autenticidad y a la búsqueda de dar expresión visual poética a las dimensiones creativas, culturales, espirituales e históricas de la condición de mujer negra, no solo hace que sus películas sean convincentes, también son historias que redefinen el curso de la historia.
Artistas como Beyoncé y su hermana Solange, que trabajaron con el director de fotografía de Daughters of the Dust, Alfred Jafa en los videos de su álbum A Seat at the Table, son solo algunos nombres que han encontrado significado y utilidad en la obra de Dash para producir sus propios proyectos centrados en la vidas de mujeres negras.
Kathryn Bigelow
Kathryn es la primera mujer en ganar el Oscar a la mejor directora gracias al drama de la guerra de Irak de 2008, The Hurt Locker.
Cuando Bigelow se puso detrás de la cámara por primera vez para hacer un largometraje, estaba entrando en un territorio en gran parte inexplorado para una mujer (y no ha cambiado mucho desde entonces). Su primera película se llamó The Loveless y debutó en los Estados Unidos en 1982, lo que la convirtió en una de las pocas mujeres en ese momento que dirigió una película de Hollywood, ya que, entre 1939 y 1979, hubo 7 mil 332 largometrajes realizados en Hollywood, y de ese total, según el Gremio de Directores de Estados Unidos, solo 14 fueron dirigidas por mujeres.
Luego, asumió la película de acción Point Break y también Near Dark, que obtuvo un culto de seguidores, fijándose como uno de los nombres más llamativos de esos años.
Bigelow, en resumen, es un caso atípico entre los cineastas estadounidenses de su generación, y no por ser pionera o por ser una mujer que principalmente hace películas sobre hombres, sino porque tiene una gran experiencia en estudios de cine y artes deconstruccionistas de la década de 1970 centrados en la semiótica.
Al final, sus películas son una expresión sobre lo que se adueñó de su corazón.
Sofia Coppola
Como actriz, los críticos la maltrataron por El padrino III, dirigida por su padre Francis Ford Coppola, pero desde que se volcó a la dirección, debutando con Las vírgenes suicidas, su trabajo ha sido a menudo aclamado pero siempre tomado en serio.
Evocando su entorno suburbano de la década de 1970 a través de una cinematografía etérea de Ed Lachman y una música atmosférica de Air, la película aseguró un lugar para su director en el panorama del cine independiente estadounidense y se ha convertido en una piedra de toque para la mayoría de edad.
Otros títulos como Marie Antoinette, Somewhere y The Beguiled confirman la apreciación única de la directora por las formas en que el hastío enmascara emociones más profundas y turbulentas.
Para resumir brevemente sus logros, está la aclamada química de conocimiento que ella inventó entre Bill Murray y Scarlett Johansson en Lost in Translation.
Agnès Varda
Fundadora de la Nueva Ola francesa que se convirtió en un ícono internacional de la casa de arte, Agnès Varda fue una visionaria ferozmente independiente e inquietantemente curiosa cuyo trabajo era a la vez personal y apasionadamente comprometido con el mundo que la rodeaba.
En una carrera abundante en la que nunca dejó de expandir la noción de lo que puede ser una película, Varda forjó un vocabulario cinematográfico único que con frecuencia desdibuja los límites entre narrativa y documental, entrelazando los retratos amorosos de sus amigos, su familia y su propio interior mundo con una conciencia social que estaba estrechamente en sintonía con la contracultura de la década de 1960, el movimiento de liberación de la mujer y la difícil situación de los pobres y la ecología de nuestro planeta.
El contexto de su trabajo la ubica además como fotógrafa y artista multimedia, donde, al final, la visión radical, la imaginación ilimitada y el espíritu radiante eran parte vital de la expresión vital de su propio ser.
Julia Ducournau
Un nombre contemporáneo que no puedes dejar pasar.
Ganadora de la Palma de Oro, el premio más prestigioso otorgado en el Festival de Cine de Cannes, Titane es la continuación de su película de terror de cuerpo caníbal Raw.
Titane consolida a Ducournau como una de las directoras más emocionantes y singularmente audaces de su tiempo, y si hay algo de justicia, recibirá una nominación a Mejor Directora en los Premios de la Academia por su trabajo aquí.